Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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viernes, 16 de septiembre de 2011

Lecturas recientes: Nuestro hombre en la Habana


Nuestro hombre en la Habana (1958)

Graham Greene


Concebida como uno de sus “entretenimientos”, como una sátira política, la novela cuenta la historia de Jim Wormold, un vendedor de aspiradoras. El negocio flojea, pero desea costearle unos buenos estudios a Milli, su hija adolescente. Así pues, acepta una oferta de £300 al mes y se convierte en el Agente 59200/5, un hombre del MI6 en La Habana.


Aunque Wormold no tiene experiencia alguna como espía y carece de cualquier conocimiento útil para tal trabajo, acaba convencido por la propuesta de Hawthorne. Para tener a éste contento (y seguir recibiendo cheques), Wormold entrega informes sobre la Revolución que copia de documentos públicos. También alquila a otros agentes que no existen y presenta bosquejos de armas secretas que son en realidad esquemas de sus aspiradoras. Para mantener su trabajo, elabora informes falsos basados en los Cuentos de Lamb de Shakesperare. Sin embargo, Hawthorne y su asociado “C” piensan que Jim está haciendo un trabajo estupendo y le animan a continuar. Su pantomima le hace creer incluso al capitán Segura, el elegante y corrupto jefe de policía enamorado de su hija, que es un espía auténtico.


Sin embargo, su historia se convierte en una verdad más que molesta, y Wormold se ve atrapado por su propio engaño y por los tejemanejes de una ciudad y una agitada sociedad irremediablemente corruptas, abocadas a la tragedia; por los tórridos acontecimientos ocurridos en La Habana del año 1957.


A pesar de tratarse de un relato cargado de humor e ironía, Nuestro hombre en La Habana es la metáfora de una civilización en crisis que plantea una reflexión profunda: en tiempos revueltos las personas normales, a veces, deben tomar decisiones extremas que pueden poner en riesgo incluso su vida.


Graham Greene viajó mucho y basó gran parte de sus novelas, incluida Nuestro hombre en La Habana, en sus propias experiencias. Visitó la capital cubana varias veces a lo largo de la décadas de los 50. Allí quedó desagradablemente impresionado por las mutilaciones y la tortura practicada por la policía de Batista y por la discriminación racial.


Fidel Castro condonó Nuestro hombre en La Habana, pero se quejó de que no hiciera justicia a la crudeza del régimen de Batista. Greene se mostró de acuerdo, pero aclaró que no había deseado un trasfondo tan negro para una comedia ligera, pues el tema real de su novela era lo absurdo del agente británico y no la justicia de una revolución. Castro permitió la versión cinematográfica, protagonizada por Alec Guinness y dirigida por Carol Reed, que fue filmada en La Habana en 1959. (Es interesante señalar que Nuestro hombre en La Habana fue escrita inicialmente como guión cinematográfico.)


Greene regresó a Cuba a mediados de los 60. A pesar de mostrarse impresionado por la lucha que Castro había emprendido contra el analfabetismo, más tarde cambió de opinión tras presenciar la persecución de homosexuales, intelectuales y católicos, motivo por el cual Graham Greene no es un autor muy celebrado actualmente en Cuba.


A.G.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Lecturas recientes: El cielo protector



El cielo protector (1949)
Paul Bowles

Más conocido como compositor que escritor, Paul Bowles presenta en su primera novela la crónica de una aventura sorprendente contra el medio adverso, representado por el desierto del Sáhara y las regiones habitadas por árabes del continente africano: una porción del mundo rara vez retratada por escritores de primera fila que en realidad la conozcan. Paul Bowles conocía esta realidad desde los años treinta, cuando comenzaron sus viajes a la región. África le emocionó. Y no permaneció en las ciudades costeras, sino que con cierta frecuencia realizó viajes duros y peligrosos a lugares recónditos del desierto y regiones montañosas del norte del continente. El cielo protector es la crónica de ese viaje. No en vano, de no ser porque el protagonista masculino de la novela (Port Moresby) muere a causa de una fiebre epidémica durante la historia, no habría sido difícil identificarlo con el propio autor.

Port y su mujer, Kit (quien forman un joven y refinado matrimonio de Nueva York), deciden viajar hacia el Sur sin un fin preciso, a raíz de la triste leyenda que les cuenta un árabe acerca de tres hermanas que querían tomar el té en el Sáhara. Viajan por el norte de África sin un fin preciso, en realidad; intentando huir de todo (en especial de los efectos de la Segunda Guerra Mundial), pero sobre todo de sí mismos.

Los acompaña Tunner, un tipo insulso, indeciso y débil. Durante el viaje descubren un universo desconocido en el árido paisaje del Sahara que los hunde paulatinamente en el infierno de sus propias vidas. La historia se centra en el intento de la pareja por superar un ambiente hostil. Son neuróticos y se muestran excesivamente propensos a darles demasiado vueltas a cosas notablemente triviales. Como consecuencia de ello, se distancian; sus caminos se bifurcan. Lo que ha comenzado como una aventura a un país exótico acaba desvelando el interior de los protagonistas. Poco a poco, el vacío y la crueldad del lugar conducen a los tres hasta los límites de la razón.

A partir de la muerte de Port, la historia se centra en las aventuras cada vez más insólitas de Kit, quien vaga de un lugar a otro a la vez que su mecanismo es destruido poco a poco.

Si en su aspecto externo la novela es un relato de aventuras, en su aspecto interior El cielo protector es una alegoría de la aventura espiritual de una persona totalmente consciente en la experiencia moderna; la historia de una huída, una búsqueda y un fracaso.

La novela fue llevada al cine por Bernardo Bertolucci, en un film protagonizado por Debra Winger y John Malkovich. La película ofrece algunas variaciones con respecto a la novela. No obstante, refleja en lo sustancial la trama y, sobre todo, el fondo de la obra de Bowles. Sorprende su fotografía, preciosa y muy realista, y el notable éxito de su ambientación: hermosas e impactantes secuencias, tanto del desierto como del desolado interior de las viviendas en los diferentes lugares donde transcurre la historia.

A.G.