Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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viernes, 15 de enero de 2016

Lecturas recientes: El sueño eterno


El sueño eterno (1939)
Raymond Chandler

La novela con la que iniciamos este incierto 2016 es la primera de las siete protagonizadas por el detective privado Philip Marlowe. Una serie magnífica e imprescindible de la ya cometamos en este blog El largo adiós (1953).

Philip Marlowe no es un personaje cualquiera, sino uno muy especial. No en vano, el propio autor reconoció en 1951 tener la impresión de estar unido a él de por vida. En efecto, Chandler comprendió perfectamente la genuina idiosincrasia del detective arquetípico de ficción y pasó años puliéndolo. Se trata de un hombre completo y común pero del todo inusual. Un hombre solitario y orgulloso de ser tratado como tal. Un hombre que habla como lo hace un hombre de su edad, es decir, con un ingenio rudo y un vívido sentido de lo grotesco, un manifiesto disgusto por la hipocresía y un absoluto menosprecio por la estrechez de miras. Fuerte, valiente y sin embargo lejos de ser infalible, Philip Marlowe se convirtió en la imagen de lo que todo hombre quería ser. El hombre que toda mujer quería amar.

Marlowe actúa, en cierto sentido, como un caballero del siglo XX que cabalga por las calles hostiles de Hollywood y Santa Mónica y visita las casas de hombres ricos, con sus mayordomos ingleses, secretos corrosivos y vicios siniestros.

El título de la novela se refiere al eufemismo con que los gánsters se refieren a la muerte. Aunque no destriparé la ciertamente complicada trama de novela, sí me gustaría dar unas pinceladas de su argumento. Éste es aparentemente sencillo, pero las cosas no tardan para complicarse. En el arranque de la historia, Philip Marlowe, de quien aún o sabemos mucho, es citado en casa del anciano y rico general Sternwood, cuya hija, Carmen, están siendo chantajeada por Arthur Geiger, un  sórdido librero que le reclama el pago de las deudas de juego de su hija. Marlowe debe dar con el paradero de Geiger. Durante su entrevista Marlowe también tiene la impresión de que algo huele mal en la desaparición de Rusty Regan, el marido de Vivian, la hija mayor del general. Las malas lenguas afirman que Regan se escapó con Mona Grant. Así pues, parece haber dos líneas argumentales en la novela: el chantaje y la desaparición de Regan.

A medida que la trama se complica, el lector se ve conducido a un mundo de pornografía, juego y escoria, ambientado en el fascinante Hollywood de los años 30. Sin embargo, tal y como ocurre en todas las historias de Chandler, el argumento está subordinado a los personajes, el estado de ánimo y la atmósfera.

El argumento de la novela procede de dos de las veintiuna historias que Chandler escribió para la revista de literatura barata Black Mask a partir de 1933. Las historias de estos relatos están ambientadas en Los Ángeles, los policías buenos y malos se ven mezclados en un cóctel criminal de violencia, drogas, sexo y juergas. Estos dos relatos que Chandler “canibalizó”, según sus propias palabras, son El asesino en la lluvia (1935) y La cortina (1936). Ambas son historias independientes que no comparten personajes comunes, pero sí guardan similitudes. En ambas hay un padre fuerte angustiado por una hija salvaje. Chandler mezcló los dos padres para crear un nuevo personaje, e hizo lo mismo con las dos hijas. Existen otras fuentes para la obra: al igual que Carmen Sternwood, su propia esposa, Cissy, había posado desnuda de joven y había tomado opio. Los problemas con alcohol de Marlowe reflejan el propio alcoholismo latente de Chandler. Prácticamente en cada escena de la novela, alguien está encendiendo un cigarrillo o tomando un trago.

Contado con esa voz característica de su autor (un inimitable estilo de frases simples pero llenas de ironía), y gracias a sus diálogos brillantes y a la conjunción de unos personajes magníficamente caracterizados, El sueño eterno es una excelente mirada al lado sórdido del sueño americano.

Chander ofrece una perspectiva filosófica del mundo. Encara en mundo hostil en el que el dinero corrompe y cualquiera puede ser comprado. Un mundo en el que la mayoría acaban rindiéndose. Pero no es el caso de Marlowe, que es un hombre íntegro, si bien no duda en infringir la ley si es por un buen motivo. Trabaja por dinero, eso es obvio, pero jamás se deja controlar por quienes le pagan. Incluso cuando Sternwood le dice que el caso ha terminado, Marlowe sigue intrigado por el misterio del chófer perdido. Le paguen o no, a Marlowe lo que le preocupa es la verdad.

La novela cosechó una buena crítica por parte del mundo literario, incluyendo a escritores de la talla de Somerset Maugham, pero apenas vendió 13.000 ejemplares. No comenzó a recibir atención mundial hasta después de la proyección de la película de Howard Hawks en que Humphrey Bogart hacía el papel de Marlowe.

El sueño eterno es una novela conmovedora y, sin embargo, realista; compasiva pero cínica acerca de la satisfacción que puede producir la vida.

A.G.