Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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lunes, 20 de julio de 2009

Lecturas recientes: Pelando la cebolla


Pelando la cebolla (2006)
Günter Grass

Llevaba mucho tiempo con ganas de leer la última obra de Günter Grass, pero por un motivo u otro no me había decidió a comprarla. Hasta que me topé con ella hace unos meses en una librería de Madrid. La compré sin pensármelo dos veces, y reservé su lectura para el mes de julio: para las mañanas en la playa debajo de la sombrilla y las tardes de siesta en la terraza del hotel. Y como esperaba, la he devorado en apenas diez días.

En realidad, es tan sólo la cuarta obra de Günter Grass que he leído, después de El tambor de hojalata, Malos presagios y Mi siglo. Y si bien Pelando la cebolla no es de la grandiosidad de El tambor de hojalata (sin duda, una de mis novelas favoritas), no me ha decepcionado en absoluto; y no sólo por su prosa sencilla y condensada, sino, sobre todo, por el extraordinario ejercicio de memoria de Günter Grass; gracias a la recuperación de unos dolorosos recuerdos de juventud por los que ha sido criticado sin piedad desde la publicación de la obra.

Pelando la cebolla es, en efecto, una ambiciosa autobiografía donde se mezclan hechos reales y de ficción, sin clara delimitación entre unos y otros: recuerdos de su vida, los diferentes momentos en que conoció el éxito como dibujante, como poeta, los diversos amigos o mujeres. Recuerdos, todos ellos, contados siempre con una enorme fuerza y precisión verbal.

Günter Grass, escritor que fue galardonado en 1999 con el Premio Nobel de Literatura y el Príncipe de Asturias, compara el ejercicio de recuperación de estos recuerdos con el acto de pelar una cebolla, pues los recuerdos son desvelados capa tras capa, hasta llegar al más profundo interior de la memoria; a la esencia de la vida misma.

Günter Grass confiesa su pertenencia a las filas de las Waffen SS, la siniestra organización militar del Partido Nazi Alemán. Su relato autobiográfico comienza en 1939, cuando el autor cuenta con sólo doce años de edad y vive en Danzig. Su cumpleaños coincide con un hecho determinante en la historia de la Humanidad: el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Pelando la cebolla parece estar concebida como la primera de las tres partes de una autobiografía completa de su autor y finaliza en 1959 (Günter Grass alega que le faltan tiempo y ganas para proseguir con su relato), año en que se publica El tambor de hojalata, su primera y gran obra maestra.

Günter Grass enfoca esta circunstancia desde un doble enfoque, lo cual le conduce inexorablemente a un drama moral de difícil solución, entre el Grass pecador y el Grass redentor. En realidad, el autor no oculta nada. Todo lo contrario. Utiliza precisamente el rescate de esos recuerdos como fuerza liberadora. En una Alemania en la que los políticos han olvidado deliberadamente los errores del pasado, Günter Grass no se esconde y mediante una espléndida metáfora se acusa a sí mismo, hasta el punto de elevarse a una instancia intangible situada más allá del bien y del mal.

Pelando la cebolla nos muestra al Günter Grass más genuino; un autor de estilo inimitable que despliega en su última obra una inconmensurable maestría literaria. Me ha parecido una obra sensacional, temáticamente cautivadora, repleta de pasajes que cautivan al lector con su fuerza inconfundible.
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A.G.

lunes, 13 de julio de 2009

Lecturas recientes: Santuario


Santuario (1931)
William Faulkner


Temple Drake y Gowan Stevens, dos jóvenes sureños, han sufrido un accidente de automóvil en uno de esos pequeños pueblos rurales norteamericanos. Es la época de la “Ley Seca”. El lugar más cercano es el refugio de una banda de traficantes en alcohol. Temple, una joven estudiante de diecisiete años resulta violada y raptada por Popeye, que huye del lugar tras asesinar al deficiente Tommy. Lee Godwin, el jefe de los traficantes, es acusado de la muerte de Tommy, mientras Popeye, que ha abandonado a Temple en un burdel de Memphis, es acusado por un asesinato que no ha cometido.

Desde una anodina y pueblerina borrachera, surge un libro cruel y despiadado. De hombres sin moral y de pueblerinos adaptados a unas reglas y normas morales que, aunque caducas, son las que vertebran y forman su modo de ver la vida. Santuario es una novela dura, llena de muerte y violencia.

Lo auténticamente notable de Santuario es la espectacular manera en que Faulkner narra los terribles hechos de la historia, pues no cae en obviedades, sino que da pinceladas de los detalles de los hechos, de tal forma que el lector va armando en su cabeza el cuadro final, para lo cual debe estar muy atento a cada detalle que se presenta. En efecto, la narrativa de Faulkner tiene la etílica propiedad de llevar al lector, en un abrir y cerrar de ojos, desde las enfangadas aguas del estanque hasta la avasalladora vorágine de la sensualidad y la furia.

Otros de los aspectos importantes de la obra es el horror deliberado, minucioso y redundante del relato. Todas sus escenas procuran ese horror desnudo y brutal: el frío y húmedo contacto que provoca la figura de Popeye al iniciarse la novela; la noche en que Temple es acechada por los hombres de Goodwin; la violación del día siguiente y por la vida en el burdel de Miss Reba; los grotescos funerales de Red y la sátira violenta del interrogatorio de Temple; el linchamiento del inocente Goodwin. Durante toda la obra Faulkner arrastra al lector en un torbellino de locura sexual, podredumbre moral, venalidad política e irresponsabilidad de la conducta, que halla su juicio definitivo en la reflexión de Horace después de haber oído la historia de Temple.

Por sugerencia de su editor, William Faulkner reescribió y mejoró el manuscrito original de Santuario, redactado en 1929 y editado dos años después. En 1931 Santuario obtuvo un inmediato reconocimiento por parte de público y crítica, lo que permitió a Faulkner conseguir la fama que no le proporcionaron sus obras anteriores.

Santuario es probablemente la obra más escandalosas y reconocidas de Faulkner de la primera mitad del siglo XX. Esta novela tuvo la fortuna de conocer una gran difusión en la década de los treinta, en pleno apogeo de la “Ley Seca”. Una historia escalofriante en la que caben toda la fuerza y la originalidad del genial novelista estadounidense.
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A.G.

Novelas favoritas: 1984


1984 (1949)
George Orwell


1984 es la antiutopía o distopía más célebre de todas cuantas fueron escritas durante la primera mitad del siglo XX. En ella, George Orwell (el seudónimo que Eric Arthur Blair adoptó en 1933) presenta un futuro en el que una dictadura totalitaria interfiere hasta tal punto en la vida privada de los ciudadanos que resulta imposible escapar a su control. La odisea de Winston Smith en un Londres dominado por el Gran Hermano y el partido único se puede interpretar como una crítica de toda dictadura, aunque en las analogías con el comunismo estalinista resultan evidentes, dada la trayectoria vital del autor.

La historia está ambientada en el año 1984. El mundo se halla dividido en tres bloques que evolucionaron del socialismo a mitad del siglo XX. Surgieron tendencias políticas opuestas unas a otras: Ingsoc en Oceanía, Neovolchevismo en Eurasia y Adoración de la muerte en Asia Oriental. Desde entonces, los tres bloques ideológicos se mantuvieron en guerra permanente, aliándose con unos u otros, pero convenciendo al pueblo de que el enemigo actual ha sido siempre el mismo. Este oponente representa el mal absoluto y por lo tanto, nunca fue ni será posible ningún acuerdo de paz. La guerra es necesaria para mantener el sistema. De esta manera, con la creencia de los habitantes de que la guerra es el tema primordial del estado, el poder evita mejorar las condiciones de vida de la población, que se haría de esta manera más inteligente y pondría en peligro la permanencia del sistema.

La historia se sitúa en la ciudad de Londres (Oceanía), una ciudad oscura y mediocre, si se exceptúan los cuatro ostentosos ministerios que son el centro de las acciones del estado: el Ministerio de la Verdad (ocupado de los documentos escritos que hacen a la historia), el Ministerio de la Paz (destinado a tratar los asuntos de guerra), el Ministerio del Amor (encargado de mantener la ley y el orden) y el Ministerio de la Abundancia (con competencias en economía).

El Ingsoc destruye la historia y obliga al pueblo a creer las mentiras que se les presentan como verdades. De este modo, aniquila el pasado, pues solo se mantiene en las pruebas escritas, documentos y si la memoria de las personas lo tiene presente. El partido conduce los sentimientos de las personas hacia el odio al enemigo de turno y el amor al Gran Hermano. Este Gran Hermano vigila las acciones y pensamientos de las personas desde una telepantalla que está ubicada en cada casa. La doctrina destruye todos los vínculos existentes entre las personas: la amistad, el amor de pareja y el amor entre padres e hijos. Mediante el adoctrinamiento, la propaganda, el miedo y el brutal castigo, el poder logra una obediencia ciega de todos los habitantes.

El protagonista es Winston Smith, un miembro del Partido Exterior que trabaja en el departamento de Registro del ministerio de la Verdad. Se dedica a reescribir los documentos históricos a favor del Partido. El está en contra de las ideas del mismo, cree que las cosas debieron ser diferentes alguna vez pero que ahora nadie lo recuerda y desea volver a esa época que representa para él una salida de la miseria con que lleva su vida. Piensa que los “proles”, la clase obrera, son los únicos que pueden derrocar al Ingsoc. Con la leyenda de una Hermandad, que quiere terminar con la doctrina actual, Smith sostiene su esperanza de que las cosas cambien y que algún día su infelicidad se termine.

Una camarada suya, Julia, que trabaja en el departamento de novela (otra sección del ministerio de la Verdad), le confiesa su amor, a espaldas del Partido y sus principios, y surge entre ellos una relación. Se reúnen asiduamente en una habitación de un barrio habitado por proletarios, aun sabiendo que existe un altísimo riesgo de ser descubiertos. Y que el castigo si los descubren será inhumano, tal como ocurre al final.

La novela, un espléndido ejemplo de la denominada “novela política de ficción”, impactó en la crítica mundial y ha sido leída por muchas generaciones diferentes. De hecho, 1984 cobra nueva vigencia en la sociedad actual, en la que el control a los ciudadanos se halla más perfeccionado que en ningún otro momento de la historia de la Humanidad. La obra ha influido notablemente en la cultura del siglo XX, tanto en su vertiente literaria como en la cinematográfica. De hecho, su mensaje continúa firme a pesar de que las ideas y las realidades han cambiado desde el año de su publicación.

1984 es un alegato a favor del valor de la libertad, de la lucha del hombre por recuperar su derecho a ser libre y recobrar su dignidad.
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A.G.