Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Lecturas recientes: El espía que surgió del frío


El espía que surgió del frío (1963)
John le Carré

La amoralidad del mundo del espionaje y el cinismo en ambos lados del Telón de Acero quedan al descubierto en la tercera novela de John le Carré, seudónimo del novelista inglés David John Moore Cornwell. La obra recibió excelentes críticas tras su publicación y se convirtió en un bestseller indiscutible. Fue merecedora de los premiso Edgar y Gold Dagger, y fue nombrada por la revista Publishers Weekly como la mejor novela de espionajes de todos los tiempos.

Transcurren, en efecto, los años de la Guerra Fría, y Alec Leamas, un espía curtido y desencantado que trabaja para el Servicio de Inteligencia Británico en Berlín Occidental ha perdido a todos los hombres que tenía a su servicio. Caído en desgracia por el golpe de mano de la Abteilung, el Servicio de Inteligencia de la RDA, Leamas regresa a Londres caído en desgracia. Allí recibe la orden de fingir que deserta, su defección a la RDA, como parte de una trama para hacer pensar a la Abteilung que su cabecilla, Mundt, es un agente británico doble y así eliminar a un peligroso enemigo.

Pero Leamas se enamora de Liz Gold, una inocente comunista. Se hacen amantes, lo cual convierte a Leamas en el objeto de atención de la Abteilung. En la RDA, Leamas conoce a Fiedler, el número dos de Mundt, que lo interroga. Fiedler, que es un idealista, comienza a sospechar de la lealtad de Mundt, como ex agente Nazi que estuvo una vez en manos británicas y podría haberse comprometido con ellos. En Inglaterra, George Smiley, el lugarteniente de Control, el jefe del Servicio de Inteligencia, ofrece dinero a Liz, alegando que Leames le pidió que la ayudara. Mundt ordena el arresto de Fiedler y Leamas, pero intervienen los superiores de la Abteilung y organizan un juicio para descubrir quién es realidad el agente doble, Fideler o Mundt. Leamas se convence de que no es más que un peón en un doble juego cínico.

En el juicio, Leamas muestra cómo los pagos efectuados por los ingleses concuerdan con los movimientos de Mundt y proporciona otra evidencia circunstancial de su culpabilidad, pero Mundt resulta tener un testigo sorpresa, Liz Gold. La mujer cuenta al jurado cómo George Smiley le dio el dinero y proporciona las claves para pensar que Mundt es la víctima de una trama urdida por los ingleses. A cambio de la libertad de Liz, Leamas admite la verdad y Fiedler es arrestado. Mundt ayuda a Leamas y Liz a escapar. Les dice que vayan a Berlín, donde su agente les ayudará a cruzar el Muro. Leamas se da cuenta de que Mundt es en realidad un agente doble y que el objetivo de la operación era eliminar a Fiedler. Liz se muestra horrorizada por el cinismo despiadado de los ingleses.

Leamas y Liz tratan de saltar el muro y regresar al Oeste. Les han asegurado que los guardias fronterizos están sobornados, pero las luces los iluminan y le disparan a Liz. Leamas logra escapar, pero decide volver a saltar el muro para estar con Liz. Los guardias lo matan.

El espía que surgió del frío fue considerado al comienzo como una respuesta a la irrealidad y certeza moral de los populares héroes de espionaje como James Bond. La visión que presenta Le Carré del espionaje como un mundo inmoral en el que nadie considera sus acciones ni buenas ni males, sino tan sólo efectivas o no efectivas, fue en su momento revolucionaria y controvertida. No en vano, Le Carré trabaja para el MI6, motivo por el cual sus novelas fueron publicadas bajo seudónimo. De hecho, el MI6 tuvo el derecho de vetar la novela antes de su publicación, pero, según afirma Le Carré, la única razón por la que fue aprobada es porque la novela parecía tan poco realista que consideraban que no sería tomada en serio. Más tarde se lamentarían de ello, pues el comportamiento poco ético de los ingleses en la novela hizo que el reclutamiento futuro fuera más difícil.


A.G.