Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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martes, 22 de septiembre de 2009

Lecturas recientes: Noticias del paraíso


Noticias del paraíso (1991)
David Lodge

Un grupo de turistas, una variopinta representación de esos peregrinos modernos que son los turistas, viaja a Hawai en busca de sol, arena y sexo y comparten con elegancia un espacio narrativo magistralmente distribuido.

Entre los turistas viaja Bernard Walsh, un hombre de cuarenta y cinco años, bueno y listo, pero carente de ambición e instalado en la duda. Bernard es un ser tímido y sexualmente desastroso cuya noción del Paraíso está muy vinculada a la religión católica.

Su anciano padre ha recibido una carta de su díscola hermana, la tía Úrsula, en la que le comunica que está muy enferma y le ruega que vaya a visitarla. Bernard decide acompañar a su padre y ambos toman el avión con destino a Hawai, una tierra que será para él un paraíso, pues le ofrecerá la oportunidad de vivir otra existencia mucho más gratificante que la que conoce. Bernard, un ex-sacerdote reconvertido en un profesor agnóstico de teología, intentará redefinir el concepto de Paraíso: "una vida posterior en la que las manifiestas injusticias de ésta fuesen enmendadas" podría evolucionar hacia una especie de sueño en el que todos consiguiéramos nuestros deseos.

En Hawai Bernard descubrirá por fin los placeres del amor y el sexo. David Lodge nos cuenta su especial rito iniciático con ese toque de humor tan suyo, con agudeza e ingenio, si bien no nos hace perder en ningún momento la perspectiva de lo que en realidad nos quiere transmitir: un retrato agridulce de esa religión de nuestro tiempo en que se ha convertido el turismo.

Una buena novela del gran David Lodge, autor de obras memorables con respecto a las cuales Noticias del paraíso se queda algo corta. Una novela veraniega, sencilla, sin excesivas pretensiones, perfectamente apta para las tardes calurosas de verano.
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A.G.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Sorpresas gratas: Las vírgenes suicidas


Las vírgenes suicidas (1993)
Jeffrey Eugenides


Una de las mejores novelas que he leído últimamente. Poética, turbadora y muy bien escrita. Es una delicia. Fue llevada al cine por Sofia Coppola, lo que por un lado promocionó la extraordinaria novela de Jeffrey Eugenides, aunque en cierta medida la eclipsó, situándola en un segundo plano con respecto a la obra cinematográfica.

La historia que nos cuenta Eugenides es sencilla en esencia: cinco hermanas, jóvenes y guapas, se suicidan explicable e incomprensiblemente en apariencia. Su muerte y su vida misma obsesiona a un grupo de jóvenes que las conoció durante su adolescencia y que en el momento de la narración, ya cuarentones, rememoran aquellos días con un tono de melancolía y fascinación.

Cecilia, la menor de las hermanas Lisbon, es la primera es suicidarse. Tras un primer intento fallido, cuando trata de quitarse la vida abriéndose las venas en la bañera, se lanza por la ventana y muere atravesada por los hierros de una reja. Es entonces cuando comienza la tragedia. El matrimonio Lisbon, unos padres extremadamente estrictos y conservadores, trata, en respuesta, de restringir la libertad de su hijas mediante la ampliación de las barreras sociales de las jóvenes, de normas muy estrictas, si bien una forma que resulta de todo punto torpe e ineficaz, pues la vida de las hermanas se transforma en una situación opresiva aún peor que la vivieron cuando aún vivía su hermana Cecily.

Durante ese largo invierno, los árboles van cayendo, uno a uno, sacrificados para evitar que se extienda por toda la ciudad la enfermedad que los aqueja. El verano siguiente, mientras una plaga de algas se extiende por el lago, inundando todo el barrio de un pestilente olor que impide respirar, las otras cuatro hermanas, Bonnie, Thérese, Lux (la más fascinante de todas) y Mary, se suicidan.

Muchos años después, cuando los que entonces eran muchachos adolescentes (fascinados por esas inalcanzables jóvenes en flor y atraídos por esa casa de densa femineidad enclaustrada) se acercan a la mediana edad, rememoran y tratan de dar sentido a lo que en aquel verano ocurrió, aquello que no ha dejado de obsesionarles y cuyo significado se les escapó en su momento y todavía ahora no son capaces de reconstruir. Todo este tiempo han guardado, como reliquias, distintos objetos que pertenecieron a las cinco hermanas y que repasan una y otra vez tratando de dar con la solución del enigma.

Las hermanas Lisbon eran en vida, y fueron tras su muerte, un enigma que ellos se vieron impotentes para desentrañar. Eran el enigma de la feminidad cuando vivían, cuando sonreían, cuando tomaban el sol en el jardín, en cada pequeño gesto que ellos, ávidos, trataban de sorprender. Fueron un enigma después, progresivamente encerradas, recluidas en una casa a la que nadie accedía, que soñaban con recorrer, sorprendiéndolas en su intimidad. Fueron un enigma más tarde cuando lanzaban sutiles mensajes de auxilio, encendiendo y apagando las luces, pidiendo catálogos y más catálogos por correo, lanzando mensajes que ellos encontraban entre los radios de sus bicicletas. Pero se convirtieron en el supremo enigma tras su muerte, último y definitivo mensaje que todavía hoy no saben cómo interpretar.

Las vírgenes suicidas aborda el tema inescrutable del misterio de la naturaleza humana, y en concreto el de la adolescencia y su especial relación con el amor y el sexo.

La adaptación cinematográfica de Sofia Coppola es estupenda, y no desmerece en exceso la novela de J. Eugenides. Inevitablemente, la cinta adolece de la profundidad que confiere la palabra escrita, de la prosa exquisita y la reflexión personal de la obra literaria, si bien cuenta con un elemento de un enorme valor: la música, que sustituye en cierta medida las carencias literarias de la película, pues evoca mediante las diferentes canciones que componen su banda sonora el estado de ánimo que la historia demanda en cada situación. La música también nos transporta a la adolescencia, una época de la vida en que la música constituye un sustituto de la palabra.

Recomiendo encarecidamente esta novela, la primera escrita por Jeffrey Eugenides, el escritor norteamericano de origen griego. Es estupenda.
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A.G.

Lecturas recientes: La isla del fin de la suerte


La isla del fin de la suerte (2001)
Lorenzo Silva

Tal como relata el propio editor del libro, Lorenzo Silva decidió embarcarse, junto a Círculo de Lectores, en el desafío de construir una novela con la ayuda y participación de los lectores. La fórmula podía parecer sencilla: durante diez semanas y a través de Internet, el público votaría por una serie de alternativas que, paso a paso, irían construyendo la historia. Así fue surgiendo, con el veredicto de la mayoría, La isla del fin de la suerte. Bien, hasta aquí, de acuerdo. Creo se trata de un experimento arriesgado que, como tal, merece mi estima.

A todo esto, la historia transcurre en un desolador e ignoto islote del Báltico, un lugar en el que son convocados un selecto grupo de invitados que se verán sometidos a las veleidades de una mente perversamente traviesa, el millonario Bruno Pezzi, quien está dispuesto a hacerles pasar una extravagante prueba de muertes y asesinatos.

Sin embargo, la historia no engancha en absoluto: a mi juicio, carece tanto de la pretendida profundidad psicológica como de la intensidad que le atribuye su editor. La historia es muy floja, no se sostiene. No interesa. El hecho de que sean los lectores quienes decidan cuál de los tres finales propuestos por el autor ha de poner colofón a cada uno de los capítulos supone una complicación argumental muy difícil de vencer. De tal modo que la historia, tras un renqueante y penoso desarrollo, termina mal, de una forma incoherente, vacía. No te dice nada. El libro es aburrido e insustancial, una verdadera decepción.

Lo único que salvaría de esta novela son las pinceladas de humor que desliza el autor a lo largo de la obra. Pero eso es todo. Éstas no compensan en absoluto el resto de la obra que es, sin duda, una de las peores novelas que he leído en mi vida. Prometo, sin embargo, no rendirme y embarcarme próximamente en la lectura de alguna otra obra de Lorenzo Silva, de quien tenía hasta ahora buenas referencias.
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A.G.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Lecturas recientes: Insoportable levedad del ser


La insoportable levedad del ser (1984)
Milan Kundera


La espléndida novela de Milan Kundera trata, ni más ni menos, de un hombre y sus dudas existenciales en cuanto al sexo y el amor, un proceso que se repite incesantemente y que pasa de un modo más o menos exacto por etapas que nosotros creemos únicas e irrepetibles: ilusión, rutina, aburrimiento, celos, apasionamiento, inseguridad o locura. Todo ello salpicado de idealización, desengaño, odio y contradicción: anhelamos lo que no tenemos, aunque seamos responsables de su pérdida. El amor, como todo lo demás, y que creemos fuerte, sólido y pesado es insoportablemente leve.

Ambientada en Praga en 1968, La insoportable levedad del ser presenta una serie de personajes que oscilan entre la levedad y la indecisión, la angustia de la elección y una vida ya planificada en la que el cosquilleo de la vida y el espejismo de la novedad están ahogados por eterno retorno de la cotidianidad.

En este sentido, el libro relata escenas de la vida cotidiana, pero trazadas con un hondo sentido trascendental. Sobre un tema abstracto y milenario, el de la inutilidad de la existencia, la necesidad o no del eterno retorno de los momentos para dotar a la vida de sentido, el autor desarrolla una desgarrada historia de amor.

No es fácil encontrar una novela en la que se encarnen las ideas con una viveza tan diáfana, con una rotundidad innegable. Hay mucho de existencialismo en la novela, pero también de vitalismo, con el trasfondo de Nietzsche que intermitentemente va dejando su poso a lo largo del libro. Las ideas se hacen personajes en la novela, que nos puede servir para adentrarnos en otras profundidades filosóficas. Los sentimientos y situaciones que leemos en La insoportable levedad del ser contribuyen a pintar un excelente retrato de la condición humana, de esa oscilación permanente entre la levedad y el peso en que vivimos.

Resulta también interesante analizar la obra desde un punto de vista histórico-político. En este sentido, La insoportable levedad del ser se ha convertido en una referencia importante a la hora de intentar comprender la disidencia vivida en Europa del Este durante la Guerra Fría. Se trata, sin duda, de una de las obras más representativas de la crítica comunista en Europa del Este.

El año siguiente de su publicación, la novela fue galardonada con el Premio Jerusalén. Tres años más tarde La insoportable levedad del ser fue llevada al cine de la mano del director Philip Kaufman, obteniendo un aceptable éxito. Magnífico Daniel Day-Lewis, como casi siempre.

La novela no fue editaba hasta 2006 en el país del autor, República Checa, donde alcanzó un récord de ventas.
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A.G.