Llamadme Stalin (2007)
Simon Sebag Montefiore
Interesantísimo estudio de la vida de Iosiv Stalin desde su nacimiento en 1878 en Gori, Georgia, hasta la Revolución de 1917; un asunto que fue siempre un enigma durante la vida del dictador, pues él mismo se preocupó de ocultar aquellos años con silencios y falsedades.
La obra de Montefiore nos permite descubrir a un ser megalómano ad nauseam, temerario y férreo, un matón despiadado al que ya se le advierten maneras, atisbos reveladores de quien habría de ser el responsable de la muerte de millones de personas durante los años de su despiadado Terror.
Montefiore nos presenta a su familia, a su madre Keke y su padre Beso, un zapatero borracho que abandonó pronto a su familia y murió a una edad temprana. Seguimos sus pasos desde su humilde origen y sus años de infancia en Gori, una ciudad sin ley, hasta el seminario y descubrimos su afición por la poesía, que escribía bajo el seudónimo de Soselo y el propio Ilia Chavchavadze, unos de los más prestigiosos poetas georgianos de su época, no dudo en elogiar y publicar. Conocemos a quienes lo acompañaron los primeros años de su actividad política y revolucionaria en Georgia, incluida la rocambolesca historia del atraco al Banco Central de Tiflis que reportó a Stalin y sus secuaces 341.000 rublos en billetes marcados que acabarían desperdigados por Europa… sus sabotajes a fábricas, chantajes a los Rothschild en Bakú, arengas a mineros, abordajes a barcos, huelgas salvajes, espionaje, etc. A la vez, descubrimos a un Stalin galante con las mujeres, a las que seduce con excesiva y más que sorprendente facilidad; al amante de los cantos y los bailes populares y, sobre todo, a una persona entregada a la revolución. Stalin se casó con Ekaterina Svanidze, cuya muerte temprana dejó a Iosiv desolado. Con ella tuvo un hijo, Yakov, quien moriría años más tarde en el campo de concentración de Sachsenhausen.
La persona que sin duda cambió la vida de Stalin fue Lenin, aunque suele afirmarse que Iosiv estuvo a su sombra durante la Revolución. Montefiore sugiere que durante los primeros años de la Revolución Stalin fue bastante cauto, si bien después de haberse pasado unos años en Siberia, precisamente por todo lo contrario, durante aquellos días decisivos llevó a cabo una actividad frenética en las imprentas de Pravda y escribiendo discursos casi a diario. Jamás congenió, sin embargo, con Trotski, hasta el punto de convertirlo en su principal enemigo y disponer su asesinato en el exilio.
Llamadme Stalin es el resultado de casi una década de investigación en infinidad de archivos zaristas y soviéticos recientemente descalificados, textos y memorias inéditos e innumerables entrevistas con personas que conocieron a Stalin durante sus primeros treinta años de vida. Montefiore aporta nuevos datos documentales gracias a un excelente trabajo de campo, y lo hace mediante una escritura sencilla, pero consistente que permite una lectura fácil del mismo. Un gran libro.
A.G.