Fiesta (1926)
Ernest Hemingway
Una de las novelas imprescindibles de la
Generación Perdida, un ejemplo clásico de la escritura sencilla mas poderosa de
su autor, Fiesta ofrece una mirada
conmovedora a la desilusión y angustia de la generación posterior a la Gran
Guerra.
La novela sigue a la extravagante Ashley y al desventurado Jake (dos de los personajes inolvidables de Hemigway) en su
viaje desde la salvaje vida nocturna del París de los años 20 a las plazas de toros de
España, en compañía de un grupo variopinto de expatriados. Es una época de
bancarrota moral, disolución espiritual, amor frustrado e ilusiones que se
esfuman.
Fiesta
trata,
en efecto, de aquellos jóvenes americanos de los que Gertrude Stein dijo que
eran todos “una generación perdida”. Hemingway reúne, casi al azar, un grupo de
expatriados americanos y británicos de París, y los exhibe sobre el trasfondo
de una fiesta española y una corrida de toros.
La historia se cuenta en primera
persona, como si lo hiciera Jake Barnes, un corresponsal de prensa americano en
París. Este enfoque invita obviamente a la digresión y la torpeza, en cierto
sentido. El modo en que Hemignway retrata a Jake es comparable a las propias
evocaciones de Jake a la técnica del matador experto manejando a su toro. De
hecho, el arte del toreo dentro de la historia contiene dos relaciones con la
narrativa. No sólo contribuye a llevar al situación a una crisis, sino sugiere
también el diseño que sigue Hemingway. Espolea constantemente a Jake, lo
conduce y lo implica en dificultades, evitándole una tragedia seria, del mismo
modo que el torero lleva al toro a través del elaborado plan o diseño de
peligro.
La historia de amor entre Jake y la
encantadora e impulsiva Ashley se basa en una atracción erótica que está
destinada a la frustración desde el comienzo. Hemingway tenía tan arraigados
sus valores que elabora una narrativa absorbente, hermosa y tiernamente absurda
que te cautiva. Jake fue herido en la guerra. Considera su vida peor que la
muerte. Cuando él y Ahsley se enamorar y saben, con esa completa ausencia de
reticencias de la generación de la guerra, que nada puede hacerse al respecto,
el asunto bien podría haber acabado ahí. Hemingway muestra una habilidad
asombrosa prolongándolo y despojándolo de todas sus implicaciones.
Una historia auténticamente fascinante,
contada mediante una prosa narrativa esbelta, dura y atlética. Hemingway sabía
no sólo como hacer que las palabras fueran específicas sino como disponer una
colección de palabras que revelan mucho más de lo que se ha de encontrar en
partes individuales.
Fiesta ayudó a situar
a Hemingway entre los mejores escritores del siglo XX.