Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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jueves, 22 de diciembre de 2016

Lecturas recientes: Más maldito karma


Más maldito karma (2015)
David Safier

Daisy es una joven actriz de segunda que lleva años sin trabajar. Su vida es caótica: se alimenta de pizza, bebe, fuma y se acuesta con cualquiera de los hombres con los que se encuentra en las numerosas fiestas a las que acude. Les roba a sus compañeros de piso, a quienes debe cinco meses de alquiler, y le da calabazas constantemente a Jannis, su compañero de piso que está enamorado de ella. Daisy carece de la madurez suficiente para afrontar los problemas y se limita a dejarlos pasar, en la confianza de que éstos se resuelvan por sí mismos.

Un día Daisy recibe la llamada de su mánager para hacer de secundaria en la nueva película de James Bond, protagonizada por Marc Barton, un arrogante actor de Hollywood y estrella del momento, que está rondando en Berlín. Daisy y Marc se conocen en el rodaje y pronto descubren que son dos personas antagónicas a las que une tan sólo una cosa: ambos son unos egoístas. Ninguno de los dos ha tenido jamás en cuenta los sentimientos de las personas que los han querido.

Su relación no puede empezar peor, pues Daisy mata de una patada al perro de Marc. Pero la situación se vuelve crítica cuando los dos mueren juntos en un accidente de coche. Una vez muertos, Buda les hace saber que en sus vidas han acumulado demasiado mal karma y les hace reencarnarse en hormigas; unas hormigas que han de ir a la guerra. Para colmo de males, se enteran de que Kelly, la mujer de Marc, y Jannis salen juntos. Daisy y Marc comprenden que para volver a ser humanos y separar a sus ex parejas no les queda más remedio que, mediante la acumulación de buen karma, ascender en la escalera de la reencarnación, lo cual no resulta en absoluto sencillo. El problema es que Daisy y Marc no se soportan y se culpan mutuamente del accidente. Las cosas se tornan aún más difíciles cuando, reencarnación tras reencarnación, descubren que se han enamorado el uno del otro.

La trama de la novela está entretejida de aventuras y situaciones disparatadas: una guerra entre hormigas, unos polluelos de cigüeña que no están preparados para abandonar el nido, unos osos muy sensuales, etc. Las reencarnaciones se suceden una detrás de otra, tal como ocurría en Maldito karma.

Safier recupera con esta novela el tema de las reencarnaciones y el karma que tan bien supo abordar en Maldito karma. En Más maldito karma el autor alemán sigue manteniendo el tono ameno e irónico. Crea nuevos personajes y recupera algunos, y sumerge a todos ellos en divertidas aventuras llenas de humor y ternura.

La prosa de Safier sigue siendo fresca, relajada y fluida, y su narración está repleta de diálogos rápidos y mordaces. En definitiva, continúa siendo un soplo de aire fresco en el panorama literario actual. Volvemos a encontrarnos ante un libro de fácil lectura y muy entretenido.

Con todo, Más maldito karma no puede en absoluto considerarse como una aportación novedosa por parte de un autor que parece haberse encasillado voluntariamente en este tipo de literatura que, por otra parte, tan suculentos beneficios le reporta.

He seguido fielmente la trayectoria literaria de David Safier y he de reconocer que después de una larga serie de novelas muy parecidas entre sí he perdido el interés por ellas. Lo que, a mi juicio, fue un comienzo fulgurante y novedoso parece no haber evolucionado con el tiempo. Es como si Safier se hubiera instalado cómodamente en la autocomplacencia, renuente a dar un giro a su carrera literaria. Creo que sus lectores agradecerían que Safier tratara de dar un paso al frente o un giro de tuerca a su narrativa (elíjase el símil más adecuado) y fuera capaz de, manteniendo la esencia, proporcionar un material nuevo a su legión de lectores. Permaneceremos, por tanto, a la espera de tan deseable punto de inflexión.

A.G.