Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
.

lunes, 13 de marzo de 2017

Lecturas recientes: Los detectives salvajes


Los detectives salvajes (1998)
Roberto Bolaño

El poeta chileno Arturo Belano y su amigo mexicano, Ulises Lima, se hacen llamar real visceralistas; un dúo salvaje que aparece por doquier en la obra de Bolaño. Lima está basado en uno de los amigos de Bolaño, el poeta Mario Santiago, y Belano, en el propio autor.

Su enemigo es el gran poeta Octavio Paz, un personaje que apenas aparece en una extraña escena en la que camina en círculos en un parque. Los real visceralistas se reúnen en bares, roban libros, venden drogas, tienen amantes, dirigen una revista, excomulgan a miembros díscolos y se pelean con poetas mexicanos. Aunque no llegamos a leer ningún poema de Belano ni de Lima, disponemos de informes acerca de sus actividades, sus lecturas, los relatos que sus amantes cuentan de ellos en la cama y en la carretera.

Bolaño da a su novela una extraña estructura tripartita. La primera parte es narrada por Juan García Madero, un joven poeta en ciernes que se encuentra en pleno proceso de formación, tanto erótica como poética, y al que le han pedido que se una a un grupo de los real visceralistas. García Madero relata en forma de diario su iniciación en el real visceralismo de Belano (con una pizca del realismo mágico de García Márquez y otros autores) y sexo gráficamente real visceralista.

Bolaño sitúa la acción en México DF, y nos recuerda la excitación y el aburrimiento, la ignorancia y pretenciosidad literaria, la ambición erótica y el ansia de ser un escritor joven en compañía de personas afines. Uno de sus amigos, un poeta gay, clasifica, de forma absurda y grandilocuente, toda la literatura como homosexual, heterosexual o bisexual. El narrador afirma que, para su amigo, las novelas en general, eran heterosexuales, mientras la poesía era completamente homosexual; era de suponer que los relatos cortos eran bisexuales, aunque no afirmaba nada al respecto.

García Madero conoce a una familia y pierde la virginidad con una de las hijas, María Font. Mientras tanto, Ulises Lima y Arturo Belano han desarrollado una peculiar obsesión por una poetisa de los años 20 llamada Cesárea Tinajero, un surrealista y modernista que pertenecía a los precursores de los posteriores real visceralistas. Su obra es reverenciada por otros escritores de eses periodo, pero no hay dónde encontrarla.

Esta sección termina en el momento en que Belano abandona México DF, en compañía de Lima, García Madero y Lupe, una prostituta. Belano marcha tras las huellas de Cesárea Tinajero, de quien se sabe que marchó al desierto de Sonora en los años veinte.

La narrativa se detiene, o más bien da paso a decenas de micronarrativas que constituyen la segunda parte de la novela, una sección de aproximadamente cuatrocientas paginas. El movimiento hacia adelante es remplazado por una especie de tour de personajes repleto de entrevistas en primera persona con anotaciones de testigos, amigos, amantes, conocidos y enemigos de Lima y Belano.

La vida de todas las personas que aparecen aquí se cruzan, aunque sea de forma breve, con los dos reales visceralistas, desde 1976 a 1996. Es como si el novelista hubiera cogido una grabadora y viajado por el mundo, desde México DF a San Diego, Barcelona y Tel Aviv, desesperado por averiguar qué fue de los jóvenes y optimistas poetas que bien podrían estar ya sentenciados. ¿Dónde fueron después del desierto de Sonora? ¿Qué trabajo tuvieron? ¿Qué escribieron? ¿Qué fue de toda esa ambición?

Lima y Belano vienen y van de las vidas de otras personas, y las noticias no son buenas. Tratan con drogas, a menudo están colocados, cambian continuamente de trabajo. Lima pasa un tiempo en París, pobre de solemnidad. A Belano se le ve cerca de Perpiñán, buscando a un amigo desaparecido que está a punto de suicidarse. Un pintor entrevistado en México DF en 1981 afirma que Belano y Lima no eran revolucionarios, sino escritores que a veces escribían poesía, pero tampoco cree que fueran poetas. Belano se muda a Barcelona y trabaja lavando platos en un restaurante. Lima se va a Nicaragua y desaparece allí. Dos años más tarde regresa a México DF y es visto por el secretario de Octavio Paz. Lima se acerca al insigne poeta y ambos se sientan a hablar en un banco. Lima, que parece haberse olvidado de sus ideas revolucionarias, le da la mano sumisamente al premio Nobel, que jamás ha oído hablar de él, y vuelve a desaparecer.

Finalmente Lima y Bolano encuentran un poema de Cesárea Tinajero, publicado en una revista de segunda. No es ni siquiera un poema, sino un jeroglífico. Se llama “Siíon” y consiste en dibujos de tres líneas. En el primer dibujo, vemos un cuadrado que parece un barco en el horizonte, sentado en una línea recta. En el segundo dibujo, la línea curva ondula como un mar, pero el pequeño cuadrado con forma de barca está flotando en las olas. En el tercer dibujo, la línea se contorsiona y la pequeña barca apenas cuelga de una ola vertiginosa. Un poema, en definitiva, que podría significar muchas cosas.

En La tercera parte, vemos a Belano y Lima enfrascados en su ardua búsqueda en docenas de aldeas del desolado desierto de Sonora. El realismo visceral de Belano (y de Bolaño) significa evocar lo oscuro y humilde.

Como gran parte de su obra literaria, Los detectives salvajes es una novela ingeniosamente autobiográfica sobre poesía y poetas, y sobre la dificultad de mantener las esperanzas de la juventud. Bolaño ha creado un protagonista que toma prestado mucho de su propia biografía, incluso su propio nombre. Bolaño es Belano, el escritor y detective salvaje del título.

La novela se disfruta mucho, gracias a la sensibilidad y el magistral manejo del lenguaje de Bolaño, y sus atmósferas sólidamente imaginadas, aunque goza de un tono coloquial que resulta a veces sorprendentemente no literario.

El chileno Roberto Bolaño, fallecido a la edad de cincuenta años, es quizá la figura más notable de la generación sucesora de la abanderada por García Márquez y Vargas Llosa.

A.G.

jueves, 2 de marzo de 2017

Lecturas recientes: Mucho ruido y pocas nueces


Mucho ruido y pocas nueces (1958-9)
William Shakespeare

Leonato, un noble, amable y respetable, vive en la idílica ciudad italiana de Messina. Comparte su casa con su querida hija Hero, su inteligente y bromista sobrina Beatrice, y su hermano mayor Antonio, el padre de Beatrice.

Al comienzo de la obra, Leonato se prepara para recibir en casa a unos amigos que vienen de la guerra. En el grupo de soldados victoriosos se encuentra el príncipe don Pedro, es un buen amigo de Leonato, y dos de sus camaradas: Claudio, un noble joven respetable y guapo, y Benedick, un hombre inteligente que hace bromas ingeniosas todo el tiempo, y a menudo a expensas de sus amigos. Benedick es conocido por su destreza tanto en el arte de la guerra como en el de la palabra. Se autoproclama misógino y gusta de jurar que jamás sentará la cabeza. Don Juan, el hermano ilegítimo de don Pedro, también forma parte de la partida. Es un hombre taciturno y antipático que causa problemas a los demás.

Al poco tiempo de llegar los soldados a la casa de Leonato, Claudio y Hero se declaran su amor y deciden casarse. Mientras tanto, Benedick y Beatrice retoman la guerra de insultos ingeniosos que solían arrojarse el uno al otro en el pasado. A diferencia de Hero, Beatrice no tiene pelos en la lengua.

Para pasar el tiempo durante la semana antes de la boda, los amantes y sus amigos deciden jugar a un juego. Quieren que Beatrice y Benedick, que están claramente hechos el uno para el otro, dejen de discutir y se enamoren. Sus trucos darán con el tiempo el resultado esperado.

Pero don John está empeñado en perturbar la felicidad de los demás. Envía a su compañero Borachio a cortejar a Margaret, la sirvienta de Hero. En la oscuridad e la noche, también lleva a la ventana de la criada a Don Pedro y a Claudio para que lo vean. Creyendo que ha visto a Hero siéndole infiel, Claudio se enfada y humilla a Hero el día de su boda acusándola de lujuria y la abandona en el altar. Los afligidos miembros de la familia de Hero deciden fingir que ella murió de repente a causa del impacto y el dolor, y la esconden lejos mientras esperan que la verdad sobre su inocencia salga a la luz. Como resultado del rechazo, Benedick y Beatrice se confiesan finalmente su amor. Por suerte, los vigilantes nocturnos oyen a Borachio fanfarronear de su crimen. Dogberry y Verges, los cabezas de la policía local, arrestan a Borachio y a Conrad, otro de los seguidores de don John. Todos se enteran de que Hero es inocente en realidad, mientras Claudio, que cree que está muerta, llora su pérdida.

Leonato le dice a Claudio que, como castigo, tiene que hacer saber a todos los habitantes de la ciudad de la inocencia de Hero. También quiere Leonato que Claudio se case con su sobrina, una chica que, según dice, se parece mucho a la muerta Hero. Claudio marcha a la iglesia con los demás, dispuesto a casarse con la misteriosa mujer enmascarada que cree la sobrina de Hero. Cuando Hero, la mujer enmascarada, descubre su identidad, Claudio no puede sentirse más feliz. Benedick le pide entonces a Beatrice que se case con él, y después de una pequeña discusión, acaban poniéndose de acuerdo.

Mucho ruido y pocas nueces está considerada como una de las mejores comedias de Shakespeare, pues combina elementos de gran hilaridad con meditaciones serias sobre el honor, la culpa o la política. Al igual que Como deseéis y Noche de Reyes, Mucho ruido y pocas nueces acaba con matrimonios múltiples y sin muertes.

Aunque una de las características de las comedias de Shakespeare es que nadie muera, sería un error dar por hecho que la muerte no está presente en este género. A menudo, sus comedias aceptan la muerte mejor que las tragedias, y tratan ésta como una parte del ciclo natural de la vida. Mucho ruido y pocas nueces no es una excepción, y que Hero finja haber muerto de humillación hace que la muerte esté más presente aquí que en cualquiera de sus otras comedias.

La crisis que subyace en el centro de Mucho ruido y pocas nueces configura una obra que crea un fuerte sentido de enfado, traición, odio, dolor y desesperación entre los personajes principales. Aunque la crisis acaba resolviéndose, Mucho ruido y pocas nueces parece haberse escapado por los pelos de convertirse en una una tragedia. De hecho, la línea divisoria entre tragedia y comedia no es siempre muy nítida. Muchos críticos han señalado que el argumento de Mucho ruido y pocas nueces comparte elementos significativos con el de Romeo y Julieta y con el de la última obra teatral de Shakespeare, Cuento de invierno, que la mayoría de los críticos asignan a un género diferente, el de problem comedy o romance. Al igual que Hermione en Cuento de invierno, Hero escenifica una muerte falsa para volver a la vida una vez que su amado se ha arrepentido.

Aunque los jóvenes amantes Hero y Claudio proporcionan el ímpetu principal de la trama, la cortesía entre los mayores, los amantes más sabios Benedick y Beatrice, es lo que convierte a Mucho ruido y pocas nueces en una obra tan memorable. Benedick y Beatrice discuten con un ingenio delicioso, y Shakespeare realiza su viaje desde el antagonismo al amor sincero con un rico sentido del humor y la compasión. Puesto que Beatrice y Benedick tienen una historia detrás de ellos que añade peso a su relación, son mayores y más maduras que los típicos amantes de las comedias de Shakespeare. Sin bien su competitividad insana los revela como novicios infantiles cuando llega el amor.

Mucho ruido y pocas nueces es una deliciosa comedia que aborda un buen número de los temas favoritos de Shakespeare, tales como la confusión entre los amantes, la guerra de sexos y la reparación del amor y el matrimonio, temas todos ellos muy habituales a lo largo de la historia de la literatura. Más original es, sin duda, el tratamiento de la gracia social: el modo de hablar denso y extravagante de los personajes representa el ideal por el que luchan de los cortesanos renacentistas en sus interacciones sociales. El lenguaje de la obra está saturado de metáforas y ornamentado con retórica. Benedick, Claudio y don Pedro emplean ese tipo de charla ingeniosa que solían utilizar los cortesanos para atraer la atención y aprobación en las casas de los nobles. Se esperaba que los cortesanos hablaran en este tono elevado, si bien sus inteligentes actuaciones debían parecer brotar sin esfuerzo. Así pues, Benedick enmascara su esfuerzo y parece proyectar elegancia y gracia naturales mediante la ilusión del no esfuerzo. Tanto él como sus compañeros intentan exhibir sus pulidas gracias sociales tanto en su comportamiento como en su discurso o forma de hablar. No en vano, el argumento de la obra está basado en engaños deliberados, algunos malevolentes y otros benignos. Uno de estos engaños trae como consecuencia la desgracia de Hero, mientras el ardid de su muerte allana el camino para su redención y reconciliación con Claudio. De un modo más ligero, Beatrice y Benedick son llevados a pensar que el uno ama al otro, y en realidad se enamoran del otro como consecuencia de ese engaño.

La obra muestra que el engaño no es inherentemente malo, sino algo que puede ser causado como un medio de lograr buenos y malos fines. Por eso, resulta difícil a veces distinguir entre el engaño bueno y el malo. De hecho, los personajes se ven con frecuencia atrapados en sus propias ilusiones y en las que ayudan a crear los unos para los otros. Así, por ejemplo, Benedick y Beatrice flirtean cáusticamente en el baile de máscaras, posiblemente conscientes ambos de la presencia del otro y, sin embargo, fingiendo no conocer a la persona que se esconde detrás de la máscara.

Del mismo modo, cuando Claudio ha avergonzado y rechazado a Hero, Leonato y los suyos anuncian que Hero ha muerto para castigar a Claudio por su error. Cuando Claudio regresa, penitente, para aceptar la mano de la “sobrina” de Leonato (Hero, en realidad), entra un grupo de mujeres enmascaradas y Claudio debe casarse ciegamente. El enmascaramiento de Hero y las otras mujeres revela que la institución social del matrimonio tiene poco que ver con el amor. Al final, el engaño resulta no ser ni totalmente positivo ni negativo, sino un medio de llegar al final, de crear una ilusión que ayuda a conseguir el éxito social.

Por supuesto, Mucho ruido y pocas nueces, no es tan sólo una comedia romántica. La obra crea una contrapartida más ligera y frívola de alguna de las tragedias más oscuras de Shakespeare. Como en Romeo y Julieta vemos a un amante que se hace pasar por muerto con la esperanza de una reconciliación romántica con el hombre al que está prometida. Sin embargo, a diferencia de esta tragedia, el amante no se da cuenta de su error demasiado tarde. Los amantes en Romeo y Julieta y Otelo son amantes estúpidos, en el sentido que se enamoran a primera vista y se idealizan, para más tarde mostrarse incapaces de superar las dificultades con que se encuentran sin llegar a matarse a sí mismos o el uno al otro. En La fierecilla domada, sin embargo, encontramos a amantes sabios, cuyo cortejo es más como un combate en el que cada uno de ellos deliberadamente prueba al otro. En ninguna otra obra de Shakespeare se contrastan con más claridad estos dos tipos de parejas que en Mucho ruido y pocas nueces.

A.G.