Mucho ruido y pocas nueces (1958-9)
William Shakespeare
Leonato, un noble, amable y respetable,
vive en la idílica ciudad italiana de Messina. Comparte su casa con su querida
hija Hero, su inteligente y bromista sobrina Beatrice, y su hermano mayor
Antonio, el padre de Beatrice.
Al comienzo de la obra, Leonato se
prepara para recibir en casa a unos amigos que vienen de la guerra. En el grupo
de soldados victoriosos se encuentra el príncipe don Pedro, es un buen amigo de
Leonato, y dos de sus camaradas: Claudio, un noble joven respetable y guapo, y
Benedick, un hombre inteligente que hace bromas ingeniosas todo el tiempo, y a
menudo a expensas de sus amigos. Benedick es conocido por su destreza tanto en
el arte de la guerra como en el de la palabra. Se autoproclama misógino y gusta
de jurar que jamás sentará la cabeza. Don Juan, el hermano ilegítimo de don
Pedro, también forma parte de la partida. Es un hombre taciturno y antipático
que causa problemas a los demás.
Al poco tiempo de llegar los soldados a
la casa de Leonato, Claudio y Hero se declaran su amor y deciden casarse. Mientras
tanto, Benedick y Beatrice retoman la guerra de insultos ingeniosos que solían arrojarse
el uno al otro en el pasado. A diferencia de Hero, Beatrice no tiene pelos en
la lengua.
Para pasar el tiempo durante la semana
antes de la boda, los amantes y sus amigos deciden jugar a un juego. Quieren
que Beatrice y Benedick, que están claramente hechos el uno para el otro, dejen
de discutir y se enamoren. Sus trucos darán con el tiempo el resultado esperado.
Pero don John está empeñado en perturbar
la felicidad de los demás. Envía a su compañero Borachio a cortejar a Margaret,
la sirvienta de Hero. En la oscuridad e la noche, también lleva a la ventana de
la criada a Don Pedro y a Claudio para que lo vean. Creyendo que ha visto a
Hero siéndole infiel, Claudio se enfada y humilla a Hero el día de su boda
acusándola de lujuria y la abandona en el altar. Los afligidos miembros de la
familia de Hero deciden fingir que ella murió de repente a causa del impacto y
el dolor, y la esconden lejos mientras esperan que la verdad sobre su inocencia
salga a la luz. Como resultado del rechazo, Benedick y Beatrice se confiesan
finalmente su amor. Por suerte, los vigilantes nocturnos oyen a Borachio
fanfarronear de su crimen. Dogberry y Verges, los cabezas de la policía local,
arrestan a Borachio y a Conrad, otro de los seguidores de don John. Todos se
enteran de que Hero es inocente en realidad, mientras Claudio, que cree que
está muerta, llora su pérdida.
Leonato le dice a Claudio que, como
castigo, tiene que hacer saber a todos los habitantes de la ciudad de la
inocencia de Hero. También quiere Leonato que Claudio se case con su sobrina,
una chica que, según dice, se parece mucho a la muerta Hero. Claudio marcha a
la iglesia con los demás, dispuesto a casarse con la misteriosa mujer
enmascarada que cree la sobrina de Hero. Cuando Hero, la mujer enmascarada,
descubre su identidad, Claudio no puede sentirse más feliz. Benedick le pide
entonces a Beatrice que se case con él, y después de una pequeña discusión,
acaban poniéndose de acuerdo.
Mucho ruido y pocas nueces está considerada
como una de las mejores comedias de Shakespeare, pues combina elementos de gran
hilaridad con meditaciones serias sobre el honor, la culpa o la política. Al
igual que Como deseéis y Noche de Reyes, Mucho ruido y pocas nueces acaba con
matrimonios múltiples y sin muertes.
Aunque una de las características de las
comedias de Shakespeare es que nadie muera, sería un error dar por hecho que la
muerte no está presente en este género. A menudo, sus comedias aceptan la
muerte mejor que las tragedias, y tratan ésta como una parte del ciclo natural
de la vida. Mucho ruido y pocas nueces no es una excepción, y que Hero finja
haber muerto de humillación hace que la muerte esté más presente aquí que en
cualquiera de sus otras comedias.
La crisis que subyace en el centro de Mucho
ruido y pocas nueces configura una obra que crea un fuerte sentido de enfado,
traición, odio, dolor y desesperación entre los personajes principales. Aunque
la crisis acaba resolviéndose, Mucho ruido y pocas nueces parece haberse
escapado por los pelos de convertirse en una una tragedia. De hecho, la línea
divisoria entre tragedia y comedia no es siempre muy nítida. Muchos críticos
han señalado que el argumento de Mucho ruido y pocas nueces comparte elementos
significativos con el de Romeo y Julieta y con el de la última obra teatral de
Shakespeare, Cuento de invierno, que la mayoría de los críticos asignan a un
género diferente, el de problem comedy o romance. Al igual que Hermione en Cuento
de invierno, Hero escenifica una muerte falsa para volver a la vida una vez que
su amado se ha arrepentido.
Aunque los jóvenes amantes Hero y
Claudio proporcionan el ímpetu principal de la trama, la cortesía entre los
mayores, los amantes más sabios Benedick y Beatrice, es lo que convierte a Mucho
ruido y pocas nueces en una obra tan memorable. Benedick y Beatrice discuten
con un ingenio delicioso, y Shakespeare realiza su viaje desde el antagonismo
al amor sincero con un rico sentido del humor y la compasión. Puesto que
Beatrice y Benedick tienen una historia detrás de ellos que añade peso a su
relación, son mayores y más maduras que los típicos amantes de las comedias de
Shakespeare. Sin bien su competitividad insana los revela como novicios
infantiles cuando llega el amor.
Mucho ruido y pocas nueces es una
deliciosa comedia que aborda un buen número de los temas favoritos de
Shakespeare, tales como la confusión entre los amantes, la guerra de sexos y la
reparación del amor y el matrimonio, temas todos ellos muy habituales a lo
largo de la historia de la literatura. Más original es, sin duda, el tratamiento
de la gracia social: el modo de hablar denso y extravagante de los personajes
representa el ideal por el que luchan de los cortesanos renacentistas en sus
interacciones sociales. El lenguaje de la obra está saturado de metáforas y
ornamentado con retórica. Benedick, Claudio y don Pedro emplean ese tipo de
charla ingeniosa que solían utilizar los cortesanos para atraer la atención y
aprobación en las casas de los nobles. Se esperaba que los cortesanos hablaran
en este tono elevado, si bien sus inteligentes actuaciones debían parecer
brotar sin esfuerzo. Así pues, Benedick enmascara su esfuerzo y parece
proyectar elegancia y gracia naturales mediante la ilusión del no esfuerzo.
Tanto él como sus compañeros intentan exhibir sus pulidas gracias sociales
tanto en su comportamiento como en su discurso o forma de hablar. No en vano, el
argumento de la obra está basado en engaños deliberados, algunos malevolentes y
otros benignos. Uno de estos engaños trae como consecuencia la desgracia de
Hero, mientras el ardid de su muerte allana el camino para su redención y
reconciliación con Claudio. De un modo más ligero, Beatrice y Benedick son
llevados a pensar que el uno ama al otro, y en realidad se enamoran del otro
como consecuencia de ese engaño.
La obra muestra que el engaño no es
inherentemente malo, sino algo que puede ser causado como un medio de lograr buenos
y malos fines. Por eso, resulta difícil a veces distinguir entre el engaño
bueno y el malo. De hecho, los personajes se ven con frecuencia atrapados en
sus propias ilusiones y en las que ayudan a crear los unos para los otros. Así,
por ejemplo, Benedick y Beatrice flirtean cáusticamente en el baile de
máscaras, posiblemente conscientes ambos de la presencia del otro y, sin
embargo, fingiendo no conocer a la persona que se esconde detrás de la máscara.
Del mismo modo, cuando Claudio ha
avergonzado y rechazado a Hero, Leonato y los suyos anuncian que Hero ha muerto
para castigar a Claudio por su error. Cuando Claudio regresa, penitente, para
aceptar la mano de la “sobrina” de Leonato (Hero, en realidad), entra un grupo
de mujeres enmascaradas y Claudio debe casarse ciegamente. El enmascaramiento
de Hero y las otras mujeres revela que la institución social del matrimonio
tiene poco que ver con el amor. Al final, el engaño resulta no ser ni
totalmente positivo ni negativo, sino un medio de llegar al final, de crear una
ilusión que ayuda a conseguir el éxito social.
Por supuesto, Mucho ruido y pocas nueces,
no es tan sólo una comedia romántica. La obra crea una contrapartida más ligera
y frívola de alguna de las tragedias más oscuras de Shakespeare. Como en Romeo
y Julieta vemos a un amante que se hace pasar por muerto con la esperanza de
una reconciliación romántica con el hombre al que está prometida. Sin embargo,
a diferencia de esta tragedia, el amante no se da cuenta de su error demasiado
tarde. Los amantes en Romeo y Julieta y Otelo son amantes estúpidos, en el
sentido que se enamoran a primera vista y se idealizan, para más tarde
mostrarse incapaces de superar las dificultades con que se encuentran sin
llegar a matarse a sí mismos o el uno al otro. En La fierecilla domada, sin
embargo, encontramos a amantes sabios, cuyo cortejo es más como un combate en
el que cada uno de ellos deliberadamente prueba al otro. En ninguna otra obra
de Shakespeare se contrastan con más claridad estos dos tipos de parejas que en
Mucho ruido y pocas nueces.
A.G.
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