Tokio Blues (1987)
Haruki Murakami
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Magnífica novela, no puedo decir otra cosa. Lírica, conmovedora, profunda... una delicia. Llena de referencias literarias y musicales muy bien traídas a colación; y no como simples detalles de erudición arbitrariamente dispuestos, sino con un significado en la trama y oportunidad encomiables. Sirva como ejemplo, el propio título original de la obra, Norwegian Wood, la hermosa y enigmática canción de los Fab Four; los Beatles. En España la novela se tradujo incomprensiblemente como Tokio Blues. Es un título que no podemos decir no le pegue a la novela… El problema es que sin duda adolece del contenido del alusivo título que el autor eligió para su obra.
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Tokio Blues es la obra más significativa y conocida del escritor japonés Haruki Murakami. Se trata de un autor que transmite en su obra una frescura inigualable, lo que unido a la abstracta complejidad de los temas que trata, revela un estilo muy fácil de reconocer y admirar. En Tokio Blues Murakami condensa sus obsesiones temáticas y define de manera muy consistente a su alter-ego habitual (lo utiliza en otras novelas). En este caso es el estudiante universitario Toru Watanabe, un personaje de una enorme dignidad, dotado de un carácter y personalidad que distan de los que aparecen retratados en otras obras que, a diferencia de ésta, si pueden ser definidas como novelas juveniles. En la historia de Watanabe, y en su forma de contarla y afrontar las dificultades que entrañan las relaciones personales, percibimos una sorprendente madurez, una serenidad y equilibrio atípicos. En definitiva, respiramos autenticidad.
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Toru Watanabe afronta con enorme sensatez y equilibrio la conflictividad originada por la relación que él mismo establece con las diversas personas que van a marcar su vida: la inestable Naoko (quien fuera novia de Kizuki, el mejor amigo de Watanabe), que jamás dejará de ser la eterna e imposible novia del protagonista; Reiko, la mujer madura que acompaña a Naoko en su convalecencia; Midori, una universitaria activa y dicharachera con una .penosa historia familiar a sus espaldas; la triste Hatsumi, la novia de Nasagawa, un extraño personaje con el que Watanabe entabla una cierta y curiosa amistad, etc.
Pero si hay algo por lo que destaca Tokio Blues, algo que atrapa al lector indefectiblemente, es la delicadeza de los detalles en la narración, la sensibilidad literaria del artista a la hora de afrontar asuntos que son difíciles ya no sólo de contar, sino de vivir con perfecta integridad en primera persona. Del mismo modo, Murakami demuestra una extraordinaria habilidad en la construcción de extensos diálogos. Son fluidos y rítmicos. En ellos se entremezclan lo prosaico y lo trascendente, lo vulgar y lo elevado, lo patético y lo humorístico, hasta el punto de formar una combinación que el elector encuentra muy atractiva.
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Mucho se ha escrito de esta novela; mucho y muy bien, la verdad. No en vano, se han vendido cuatro millones de ejemplares desde su publicación. Y no por casualidad, pues es una pieza extraordinaria, y muy recomendable para todos los públicos a pesar de su alto contenido sexual.
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Haruki Murakami (Kioto, 1949) ha recibido prestigiosos premios como el Noma, el Tanizaki, el Yomiuri y el Franz Kafka. Es autor de otras novelas: Crónica del pájaro que da cuerda al mundo; Sputnik, mi amor; Al sur de la frontera, al oeste del Sol; Kafka en la orilla; After Dark y El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, que comentaremos muy pronto en este blog.
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A.G.
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