William Faulkner
Aclamada como una obra maestra de la literatura americana moderna, El oso apareció por primera vez como un capítulo de Desciende Moisés, una novela que contiene algunos de los mejores escritos de Faulkner y explora la pérdida gradual de lo “salvaje” en las colonias de frontera y la tensión racial que surge de la explotación de los afroamericanos.
La narración de El oso abarca cinco generaciones de descendientes blancos y negros de Lucius Quintos Carothers McCaslin, un emigrante escocés que compró la plantación familiar en el ficticio condado de Yoknapatawpha a un jefe nativo. Cada uno de los capítulos trata de las consecuencias de las acciones de McCaslin, en tanto en cuanto afectan a sus descendientes: su abuso de la tierra, o participación en la esclavitud, etc. Aunque los capítulos no aparecen en orden cronológico, comparten un narrador común, aunque no los mismos protagonistas. Cada historia encuentra su propia coherencia alrededor de los temas centrales de Desciende Moisés. El oso, por su parte, representa el clímax emotivo del libro. En él, el nieto de McCaslin, Isaac (Ike) McCaslin, se enfrenta tanto a su lugar en el mundo natural, como las responsabilidades sociales impuestas por la herencia sureña.
Ambientada en el siglo XIX, después de la Guerra Civil, El oso narra principalmente la aventura de una expedición de caza que ocurre todos los años a finales de otoño en las tierras salvajes de la región del río Tallahatchie, propiedad del mayor De Spain. Contado desde la perspectiva de Ike en un lenguaje simple y directo, la narración está dividida en cinco secciones. Las primeras tres abarcan el relato de la persecución del legendario Old Ben, un enorme oso con una pata mutilada. A medida que avanza la narración, el adolescente Ike aprende a cazar bajo la guía del experto Sam Fathers, que es el hijo de un indio Chickasaw y una esclava africana. En la tercera sección ocurre una lucha a muerte entre el perro de los exploradores, Lion, y el viejo oso. Aunque el lector bien puede dar por sentado que será el niño quien acabe con al oso, es otro miembro de la partida, Boon Hogganbeck, quien mata a Old Ben con su cuchillo. A la vez, Sam recibe una embestida del oso y muere; fatalmente herido, el perro muere también. La cuarta sección es un largo diálogo entre Ike y su primo Carothers Edmonds en el que Ike repudia su herencia de la plantación de los McCaslin al descubrir el incesto en la historia de su familia. La última sección retoma la narración de la caza. Cuando Ike regresa dos años más tarde al lugar donde murieron Lion, Old Ben y Sam, experimenta una especie de ensueño emocional sobre la inmortalidad de la vida. Más tarde, encuentra a Boon, que histéricamente ordena a Ike que lo deje solo en el bosque.
La historia es simple, aunque no esté escrita de un modo sencillo en absoluto, a la vez que compleja, y no revela su auténtico significado a la mente consciente hasta una segunda o tercera lectura. A lo largo de sus páginas, El oso presenta una exploración concentrada de temas recurrentes en la prosa de Faulkner: los derechos de propiedad de la tierra, las implicaciones culturales del mestizaje, el incesto, el maltrato de los afroamericanos, y los problemas morales asociados con el orgullo, la humildad y la culpa.
El oso es, sin duda, una ardua experiencia lectora, como lo es en realidad toda la producción literaria de William Faulkner. Es una historia difícil; un desafío para el lector por diferentes motivos, pero en especial por su intensidad implacable y su estilo extremo, a la altura del mejor Faulkner.
A.G.
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