Guía autoestopista galáctico (1979)
Douglas Adams
Unos contratistas llegan a la casa de Arthur Dent para demolerla con el fin de construir una vía de circunvalación. Su amigo Ford Prefect llega mientras Arthur está tumbado en el suelo delante de las máquinas escavadoras para evitar la demolición. Intenta explicarle a Arthur que en realidad procede de un planeta cercano a Betelgeuse y que la Tierra está a punto de ser demolida por los Vogones, una raza alienígena que tiene la intención de construir una vía de circunvalación espacial. Los dos escapan haciendo autoestop en una de las naves de los Vogones, lo cual está en contra de la legislación vogona, de modo que cuando Arthur y Ford son descubiertos son torturadas con una compilación de poesía vogona, la tercera peor obra del universo conocido, y lanzados al espacio. La odisea de Arthur Dent continúa: conoce a Zaphod Beeblebrox, el presidente de la galaxia, a Trillian y Marvin, su robot clínicamente deprimido, que viajan en busca del legendario planeta Magrathea. Separado del resto del grupo, Arthur es llevado al interior del planeta por Slartibartfast, un nativo del mismo, quien le explica a Arthur que la Tierra es en realidad un superordenador comisionado y pagado por una raza de seres inteligentísimos que habían construido un superordenador llamado Pensamiento Profundo para calcular la Respuesta a la Vida, el Universo, y el Todo. Después de siete millones y medio de años calculando, el ordenador había anunciado que la respuesta es 42. Así las cosas, precisamente cinco minutos antes de completar el programa encaminado a encontrar la respuesta, la Tierra (el ordenador diseñado por Pensamiento Profundo para calcular la Pregunta, es demolida por los Vogones.
Es entonces cuando Frankie y Benjy Mouse, que habían llegado a Magrathea disfrazados de ratones mascotas de Trilliant, se dan cuenta de que Arthur, en tanto subproducto orgánico de última generación de la matriz del ordenador, tiene la Pregunta grabado en su cerebro y se ofrecen a comprarle éste. Arthur rechaza la oferta y pelea con ellos. Los ratones están a punto de abrirle la cabeza a Arthur de un tajo, cuando los cláxones del planeta crean una confusión que aprovecha Arthur para huir. La policía galáctica había llegado al planeta para arrestar a Zaphod. El grupo es atacado por dos policías que acaban muriendo. Marvin había explicado su visión del universo al ordenador de la nave nodriza y cometió suicidio. El grupo decide ir a almorzar en el Restaurante del Fin del Mundo.
A pesar de ser reconocida como una de las mejores novelas de ciencia ficción de todos los tiempos, he de admitir que Guía del autoestopista galáctico no me ha entusiasmado en absoluto. Comprendo, no obstante, que pueda atraer a los amantes de la literatura de ciencia ficción o incluso a aquellos que deseen encontrar las respuestas a las preguntas existenciales planteadas a lo largo del libro. No obstante lo dicho, debo reconocer el mérito indudable de Douglas Adams, quien presenta al lector personajes extraños y construidos con ingenio; desde Zaphod Beetlebox al excéntrico robot Marvin.
Douglas Adams concibió Guía del autoestopista galáctico como una radio-comedia que comenzó a emitir la BBC en 1978. Tuvo un éxito notable y le siguieron una serie de libros, una serie de televisión, un juego de ordenador y una versión cinematográfica en 2005.
A.G.
Douglas Adams
Unos contratistas llegan a la casa de Arthur Dent para demolerla con el fin de construir una vía de circunvalación. Su amigo Ford Prefect llega mientras Arthur está tumbado en el suelo delante de las máquinas escavadoras para evitar la demolición. Intenta explicarle a Arthur que en realidad procede de un planeta cercano a Betelgeuse y que la Tierra está a punto de ser demolida por los Vogones, una raza alienígena que tiene la intención de construir una vía de circunvalación espacial. Los dos escapan haciendo autoestop en una de las naves de los Vogones, lo cual está en contra de la legislación vogona, de modo que cuando Arthur y Ford son descubiertos son torturadas con una compilación de poesía vogona, la tercera peor obra del universo conocido, y lanzados al espacio. La odisea de Arthur Dent continúa: conoce a Zaphod Beeblebrox, el presidente de la galaxia, a Trillian y Marvin, su robot clínicamente deprimido, que viajan en busca del legendario planeta Magrathea. Separado del resto del grupo, Arthur es llevado al interior del planeta por Slartibartfast, un nativo del mismo, quien le explica a Arthur que la Tierra es en realidad un superordenador comisionado y pagado por una raza de seres inteligentísimos que habían construido un superordenador llamado Pensamiento Profundo para calcular la Respuesta a la Vida, el Universo, y el Todo. Después de siete millones y medio de años calculando, el ordenador había anunciado que la respuesta es 42. Así las cosas, precisamente cinco minutos antes de completar el programa encaminado a encontrar la respuesta, la Tierra (el ordenador diseñado por Pensamiento Profundo para calcular la Pregunta, es demolida por los Vogones.
Es entonces cuando Frankie y Benjy Mouse, que habían llegado a Magrathea disfrazados de ratones mascotas de Trilliant, se dan cuenta de que Arthur, en tanto subproducto orgánico de última generación de la matriz del ordenador, tiene la Pregunta grabado en su cerebro y se ofrecen a comprarle éste. Arthur rechaza la oferta y pelea con ellos. Los ratones están a punto de abrirle la cabeza a Arthur de un tajo, cuando los cláxones del planeta crean una confusión que aprovecha Arthur para huir. La policía galáctica había llegado al planeta para arrestar a Zaphod. El grupo es atacado por dos policías que acaban muriendo. Marvin había explicado su visión del universo al ordenador de la nave nodriza y cometió suicidio. El grupo decide ir a almorzar en el Restaurante del Fin del Mundo.
A pesar de ser reconocida como una de las mejores novelas de ciencia ficción de todos los tiempos, he de admitir que Guía del autoestopista galáctico no me ha entusiasmado en absoluto. Comprendo, no obstante, que pueda atraer a los amantes de la literatura de ciencia ficción o incluso a aquellos que deseen encontrar las respuestas a las preguntas existenciales planteadas a lo largo del libro. No obstante lo dicho, debo reconocer el mérito indudable de Douglas Adams, quien presenta al lector personajes extraños y construidos con ingenio; desde Zaphod Beetlebox al excéntrico robot Marvin.
Douglas Adams concibió Guía del autoestopista galáctico como una radio-comedia que comenzó a emitir la BBC en 1978. Tuvo un éxito notable y le siguieron una serie de libros, una serie de televisión, un juego de ordenador y una versión cinematográfica en 2005.
A.G.
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