David Safier
Quienes disfrutaron con la lectura de Maldito Karma pasarán también un buen rato leyendo esta fresca y entretenida novela.
Adoptando un mismo tono de fábula que la obra que lo catapultó a la cima de las listas de libros más vendidas, David Safier cuenta la historia de Marie, una treintañera que vive en un pueblecito alemán y no tiene mejor ocurrencia que decirle que no a su novio Sven en el altar, después de haber suplicado a Gabriel, el párroco, que los casara por la iglesia a pesar de no ser ella muy creyente.
Es entonces cuando en la vida de Marie aparece Joshua, el carpintero, quien desvela a Marie que es el mismísimo Jesucristo. Pero es no es todo, pues el sacerdote de la parroquia es el arcángel San Gabriel, quien a su vez está enamorado de la madre de Marie. El padre, por su parte, se liga a Swetlana, una joven bielorrusa que ha venido con mochila de su lejano país. Ah, se me olvidaba: también aparece el Diablo, no podía faltar.
A pesar de todo, la historia no es tan complicada como pueda parecer. El problema es que Marie se ha enamorado de Joshua y es consciente de que lo suyo no puede ser. Al final, sin embargo, y después de una serie de escenas escatológicas, directamente relacionadas con el Apocalipsis de San Juan (interpretado con bastante libertad por Safier), todo acaba bien; demasiado bien… ¿es así la vida en realidad? No contestéis.
Lo que sí es cierto es que resulta curiosa y llamativa la exégesis bíblica que nos presenta David Safier. Supongo que Safier no tendría, mediante esta novela, la intención de convencernos de la verosimilitud de su interpretación de las Sagradas Escrituras.
A parte de la historia entre Joshua y Marie, la novela presenta otra serie de subtemas bien engarzados entre sí y con la trama principal. Sabemos de la enfermad de Kata, la hermana de Marie; de la mencionada historia entre su padre y Swetlana; de la de su madre y Gabriel; o de la de Michi, el dueño del videoclub, y su amor no correspondido por Marie.
La novela es obviamente una fábula y no está exenta, por tanto, de un cierto tono moralizante. Es irreverente a veces y en otras ocasiones no parece más que una sucesión de gracietas, intercaladas por guiños (y a veces más que eso: no podemos obviar la imagen de Dios adoptando la forma de ¡Emma Thompson!) a personajes contemporáneos. Sin embargo, su trama resulta verosímil (dentro de los parámetros en que se mueve, claro) y está desarrollada de un modo lógico. Todo parece estar atado y bien atado, lo cual debe anotarse en el haber de David Safier. También es muy interesante y acertado el uso de caricaturas.
AG.
No hay comentarios:
Publicar un comentario