El hombre invisible (1952)
Ralph Ellison
Ésta es la historia de un joven negro
universitario que lucha por sobrevivir y tener éxito en una sociedad
racialmente dividida que se niega a verlo como un ser humano; por encontrar su
propia identidad y visibilidad en la América blanca. El narrador busca actuar
de acuerdo con los valores y esperanzas del grupo social al que pertenece, pero
se ve incapaz de reconciliar su papel socialmente impuesto como hombre negro
con su concepto interior de identidad, o incluso de comprender su propia
identidad interior. Ralph Ellison parece a menudo comulgar con los sentimientos
del narrador, que varían desde un amargo cinismo a un obstinado optimismo,
desde la angustia por sus sufrimientos al respeto por la lección aprendida de
ellos. Aunque Ellison parece introducirse en el libro a través del narrador,
con frecuencia retrata a éste como un hombre ciego a las realidades de las
relaciones raciales. Destaca su ceguera a través de otros personajes más
perspicaces y mediante detalles simbólicos.
La novela traza, pues, el viaje físico y
psicológico desde la ciega ignorancia a la consciencia iluminada, a través de
una serie de flashbacks en forma de sueños y memorias. Se trata, pues, de un
“bildungsroman”, una novela de formación o desarrollo personal, ambientada en
los EEUU de la era anterior a los Derechos Humanos. Una época en que las leyes de
segregación impedían a los afroamericanos disfrutar de los mismos derechos
humanos fundamentales que los blancos.
En el prólogo, el narrador se acuerda de
su vida como un “hombre invisible”. Ahora, en los años 40, añora un tiempo en
el que era un joven inocente, deseoso de convertirse en orador y educador. El
narrador rememora su discurso de graduación de la escuela secundaria, que llamó
la atención del superintendente blanco del colegio, quien lo invitó a
pronunciar el mismo discurso en un hotel de la ciudad a la élite blanca
dirigente. Sin embargo, cuando llega al hotel, el narrador es obligado a
participar en una brutal pelea de boxeo (battle
royal) con cinco de sus compañeros de clase. El final se le permite al
narrador, magullado y sangrando, pronunciar el discurso delante de los blancos
borrachos, que lo ignoran olímpicamente hasta que el desgraciado utiliza de
forma accidental al expresión “igualdad social” en lugar de “responsabilidad
social” para describir el papel de los negros en Estados Unidos. Al final de su
discurso el narrador acepta orgulloso su premio: un maletín de cuero que
contiene una beca para la universidad estatal de negros. Esa noche el abuelo
muerto del narrador se le aparece en un sueño y le ordena abrir el maletín y
mirar en su interior. En lugar de la beca, el maletín contiene una nota.
Durante los siguientes veinte años de su vida, el narrador no hará sino dar
traspiés por la vida. Mas su desdicha comienza, en realidad, en el momento en
que es expulsado de la universidad por el decano Bledose, quien le entrega
siete cartas de recomendación que son, en realidad, cartas que confirman su
expulsión.
A su llegada a Nueva York, el narrador
se sorprende de lo que le parece ser una libertad ilimitada para los negros.
Pero su emoción no tarda en convertirse en desilusión cuando descubre que el
Norte presenta las mismas barreras a los logros de los negros que el Sur.
Consciente de que no puede regresar a la universidad, el narrador acepta un
trabajo en una fábrica de pintura. Víctima de un accidente laboral, está a
punto de morir, y es llevado al hospital, donde es objeto de un extraño
experimento por parte de los doctores blancos. Tras su salida del hospital, el
narrador encuentra refugio en la casa de Mary Rambo, una generosa mujer negra
que le devuelve la salud. El narrador entra entonces a formar parte de la
Hermandad, una ponderosa organización que pretende luchar por la justicia y la
igualdad para todos los hombres, pero en realidad explota a los negros y los
utiliza para promocionar su propia agenda política. El narrador se convierte en
un orador consumado, líder del distrito de Harlem. Pero después de la trágica
muerte de su amigo Tod Clifton, el narrador acaba desilusionado por la
disparidad entre lo que predica la organización y lo que sus líderes practican.
Así pues, decide dejar la Hermandad y regresa a Harlem, donde se enfrenta a
Ras, quien lo acusa de traicionar a la comunidad negra. El narrador descubre
que la comunidad de Harlem ha estallado en violencia, y se deja arrastrar por
ella y el caos de las revueltas de Harlem, hasta el punto de participar en el
incendio de una casa de vecinos. En su huida de la escena del crimen, dos
hombres blancos con bates le persiguen, pero logra escapar. Enfermo y engañado,
el narrador sufre terribles pesadillas, de las que finalmente logra huir
gracias a la escritura de sus experiencias. Ese ejercicio le permite liberarse
del odio y redescubrir su amor por la vida.
Al describir la lucha de toda una vida
por establecer un sentido de identidad como hombre negro en una América blanca,
Ellison ilustra las poderosas fuerzas sociales y políticas que conspiran para
mantener a los afroamericanos “en su lugar”, negándoles el inalienable derecho
a la vida, la libertad, y la persecución de la libertad garantizada a todos los
norteamericanos. Convencido de que su existencia depende de ganar el apoyo,
reconocimiento y aprobación de los blancos, el narrador pasa casi veinte años
tratando de establecer su humanidad en una sociedad que se niega a verlo como
un ser humano. Al final, se da cuenta de que tiene que crear su propia
identidad, que no descansa en la aceptación de los blancos, sino en su propia
aceptación del pasado.
Aunque domina la novela, el narrador
permanece en cierto sentido oscuro al lector. De hecho, jamás revela su nombre.
El narrador es una mera voz, jamás emerge como una presencia externa y
cuantificable. La oscuridad enfatiza su estatus de “hombre invisible”. En gran
parte de la historia, el narrador es un ser inocente e inexperto, dispuesto
siempre a pensar bien de la gente incluso cuando no tiene razones para hacerlo,
y es respetuoso con la autoridad. Su inocencia hace que a veces malinterprete
acontecimientos importantes de su historia, lo cual hace necesario que el
lector transcienda la propia interpretación de los acontecimientos que hace el
narrador para ver la intención real de Ellison. La inocencia del narrador le
evita reconocer la verdad que se esconde más allá del comportamiento errante de
los demás y le lleva a intentar ver sus propios sueños hechos realidad. Es
extremadamente vulnerable a la identidad que la sociedad le confía como
afroamericano. Aunque la mayor parte de las dificultades que encuentra el
narrador derivan del hecho de que es negro, Ellison no deja de poner el énfasis
en su intento de representar al narrador como un personaje universal, una
representación de la lucha por definirse contra las esperanzas de la sociedad.
El hombre invisible explora temas
de un enorme interés: (1) el racismo como obstáculo para conseguir la identidad
individual: en su intento de llegar a una concepción de su propia identidad, el
narrador se ve dificultado por el hecho de ser un hombre blanco que vive en una
sociedad racista; (2) las limitaciones de la ideología: en el transcurso de la
novela el narrador se da cuenta de que su complejidad interior está limitada no
sólo por el racismo de la gente, sino por sus ideologías más generales; (3) el
riesgo de luchar contra los estereotipos con estereotipos: el narrador no es el
único afroamericano del libro que ha sentido las limitaciones de los
estereotipos racistas.
La novela también presenta diversos
motivos, esto es, estructuras recurrentes, contrastes y mecanismos literarios
que ayudan a desarrollar e informar de los principales temas del texto. Los
principales son: (1) la ceguera, quizá el motivo más importante, recurrente a
lo largo de la novela; la gente evita obstinadamente ver y enfrentarse a la
realidad; (2) la invisibilidad: puesto que ha decidido que el mundo está lleno
de hombres ciegos y sonámbulos que no pueden verle por lo que él es, el
narrador se describe como una “hombre invisible”. El motivo de la invisibilidad
impregna la novela y se manifiesta a menudo codo a codo con el motivo de la
ceguera: una persona se vuelve invisible porque otra es ciega.
Publicado en 1952, más de una década
antes de que la Ley de Derechos Civiles de 1964 declarara ilegal la segregación
social, El hombre invisible recibió
el prestigioso National Book Award, si bien algunos negros sintieron que la
novela perpetuaba los estereotipos de su raza. Además, algunos críticos negros
rechazaron la novela por no ser suficientemente revolucionaria y por no
retratar con fidelidad la “experiencia negra”. Las feministas negras también
criticaron la novela por su carencia de personajes femeninos positivos y por el
hecho de que las mujeres de la novela sean todas prostitutas, objetos sexuales
o cuidadoras. A pesar de las críticas, El
hombre invisible está considerada un clásico de la literatura
norteamericana. Ha sido alabada por su estilo innovador y tratamiento único de
un asunto muy controvertido. La violencia y la tensión racial retratada en la
novela presagian la violencia engendrada por los Movimientos de Derechos
Civiles en ciudades norteamericanas.
Novela compleja y con múltiples capas, es
sin duda una de las mejores novelas norteamericanas del siglo XX. Una obra
reveladora y demoledora que no deja indiferente.
A.G.
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