Desayuno con diamantes (1958)
Truman Capote
El narrador de esta
conmovedora historia es un escritor de escaso éxito editorial cuyo nombre no es
mencionado jamás, lo cual habla bien a las claras de cuál es su verdadero papel
en la historia, tal como veremos más adelante. El narrador recibe la visita de
su viejo amigo Joe Bell, quien le muestra una fotografía de una talla africana
que le recuerda a Holly, una mujer que dejó huella en la vida del narrador.
Aquella imagen trae a su memora los acontecimientos que ocurrieron diez años
antes.
Nueva York, otoño de
1943. Nada volverá ser lo mismo para el narrador desde el momento en que decide
mudarse a un bloque de apartamentos del Upper East Side. El mundo está en
guerra, pero para nuestro protagonista no parece existir nadie más que esa
chica, Holly, a la que conoce poco tiempo después de instalarse en su nueva
vivienda. El narrador describe a Holly como una chica de diecinueve años,
delgada, bien vestida y con corte de pelo de chico. Sin embargo, los
sentimientos que de inmediato brotan en el corazón del narrador no se
corresponden con los que ella siente con él. Holly, por su parte, se siente
protegida por el narrador, pues le recuerda a su hermano Fred.
A diferencia del
narrador, Holly no es del tipo de personas a las que les gusta hablar de
cuestiones personales relacionadas con su propia vida. El día en que entra en
el apartamento del narrador y éste le pregunta al respecto, Holly se marcha de
inmediato, sin responder. Al narrador le gusta observar a Holly mientras da de comer
a su gato y canta canciones country con su guitarra. Incluso registra su
basura, que contiene numerosas cartas de amor de soldados que hacen la guerra
en países lejanos.
A pesar del
desconcertante final de su primer encuentro, el narrador no pierde la oportunidad
de pasar todo el tiempo que puede con Holly. De este modo averigua su costumbre
de entretener a los hombres en las ruidosas fiestas que celebra en su apartamento.
El narrador es invitado a una de ellas y allí conoce a hombres de prestigio, entre
los que se halla O.J. Berman, un agente de Hollywood que en cierta ocasión
intentó sin éxito introducir a Holly en el mundo del cine, o Rusty Trawler, un
millonario que finge estar enamorado de Holly, pero al que ésta considera
homosexual. El narrador también conoce a Mag Wildwood, una modelo excéntrica
que no soporta muy bien la bebida y que no es del agrado de Holly, y que está
comprometida con un diplomático brasileño llamado José Ybarra-Jaegar.
No tardamos en
averiguar que Holly recibe cien dólares por visitar semanalmente en la cárcel
Sing Sing a un presunto mafioso llamado Sally Tomato. Sally le paga a Holly a
cambio de que ésta envíe unos informes, supuestamente meteorológicos, a su
abogado, un tipo llamado O’Shaughnessy. Los informes resultan no ser tan
inocentes como parecen un primer momento.
Por Navidad, el narrador
y Holly intercambian presentes. Él le regala una medalla de San Cristóbal de
Tiffany’s, el lugar favorito de Nueva York de Holly, y ella le regala a él una
jaula única que sabía que le gustaba a él, si bien le hace prometer que
jamás la utilizará para encerrar a ningún bicho viviente.
En cierto momento,
Holly se marcha de viaje a Florida, junto con Rusty, Mag y José. Holly y José
comienzan una relación, consecuencia de la cual Holly se queda embarazado. Mag
y Rusty, por su parte, descubren la aventura y ¡deciden casarse!
A finales de la
primavera, llega a la ciudad Doc Golightly, quien resulta ser el marido de
Holly. Doc le cuenta al narrador la historia de su matrimonio en Tulip, Texas,
que ocurrió cuando Holly no tenía más que catorce años. El nombre real de Holly
es Lulamae Barnes. El narrador tiene la impresión de haber conseguido que Doc y
Holly vuelvan a unirse, pero no sale de su asombro cuando descubre que Doc se
vuelve a Texas.
Durante su noviazgo
con José, Holly recibe la noticia de que su hermano Fred ha muerto en la guerra.
José le propone a
Holly marcharse con él a Brasil y vivir juntos. La noticia abruma al narrador,
que no puede imaginarse la vida sin Holly. Unos días antes de la fecha en que Holly
tiene pensado viajar a Brasil, el narrador y ella dan un paseo a caballo en
Central Park. En cierto momento, el narrador pierde el control de su caballo y
Holly espolea al suyo para salvarlo. Como consecuencia del sobresfuerzo, pierde
el bebé, aunque eso es algo que el lector no sabe aún.
Esa misma tarde, Holly
recibe la visita de dos detectives, que la arrestan por complicidad en uno
turbio asunto de drogas dirigido por Sally Tomato. Ahora sabemos que los
supuestos informes meteorológicos no eran sino mensajes cifrados sobre los envíos
de drogas (algo de lo que Holly no sabía nada). El escándalo disuade a José de
casarse con Holly, puesto que la boda podría arruinar su carrera política, y
regresa a Brasil sin ella, pensando que sigue embarazada.
Desvinculada de José,
Holly decide marcharse del país, a pesar de que sigue siendo investigada, y sorprendentemente opta por viajar a Brasil, puesto que aún tiene el billete que le compró José.
Pasa mucho tiempo hasta
que el narrador vuelve a saber de Holly. Recibe por fin una postal suya. Ahora
vive en Buenos Aires, donde se ha casado con un hombre rico. Promete seguir
escribiéndole, pero el narrador no vuelve a tener noticias suyas y no deja de
preguntarse qué habrá sido de ella y si por fin habrá logrado encontrar la
felicidad. El narrador cumple, no obstante, la promesa de
encontrar al gato de Holly, que vive sano y salvo en un apartamento del Harlem
Hispano.
¿Quién era Holly,
pues? Holly era una contradicción andante cuyo misterio no hace sino crecer
página tras página. No parece saber nada del mundo, pero siempre da la
impresión de ir un paso por delante, pues sabe qué decir en cada momento y cómo
actuar.
En cierto sentido,
podemos considerar a Holly como un mezcla de una Lolita adulta y una
adolescente Tía Mame. Una mujer extravagante, una golfa cara que no parece
pertenecer a ningún sitio ni a nadie, y a la que no le interesa más que su gato
sin nombre. Y es que, a pesar de su apariencia externa, Desayuno con diamantes muestra las más
oscuras sombras de la experiencia humana.
La novela fue adaptada
al cine en 1961 por Blake Edwards, con la inconmensurable Audrey Hepburn en el
papel de Holly y George Peppard en el del narrador. A diferencia de la novela,
la película está ambientada en una época situada entre finales de los 50 y
comienzos de los 60. Otra diferencia notable entre la novela y la película es
el retrato que la película hace de Holly. Éste y otros cambios no fueron del
agrado de Capote, quien pensaba que éstos se habían realizado para eliminar elementos
controvertidos y atraer a una audiencia mayor. A Capote tampoco le gustó la
elección de Audrey Hepburn y afirmó que hubiera preferido a Marilyn Monroe
para el papel de Holly Golightly. A mí me hubiera dado igual, me quedo con la
novela a pesar del extraordinaria interpretación de Audrey Hepburn.
A.G.
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