Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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sábado, 23 de abril de 2016

Efemérides: William Shakespeare


William Shakespeare (1564-1616)

A horse, a horse! My kingdom for a horse!
(Ricardo III)

Hace hoy cuatrocientos años moría en la pequeña villa de Stratford-upon-Avon, William Shakespeare, el mejor escritor en lengua inglesa de todos los tiempos, y una de los autores más notables de la literatura mundial. Su ingente figura ha dejado una impronta imperecedera tanto en el idioma inglés como en la literatura universal.

En la época en que Shakespeare compuso sus obras, la gramática y las reglas del inglés no estaban aún estandarizadas. La enorme popularidad de las obras teatrales de Shakespeare a finales del siglo XVII y el siglo XVIII contribuyó a la estandarización de la lengua inglesa, hasta el punto de que muchas de las palabras creadas por Shakespeare (en torno a 1.700), junto con decenas de expresiones, acabaron introduciéndose en el idioma inglés. Shakespeare inventó palabras de uso habitual mediante la transformación de sustantivos en verbos o verbos en adjetivos, la asociación de palabras, adición de sufijos y, por supuesto, inventando palabras totalmente originales. Términos como addiction, bedroom, birthplace, excitement, fashionable, luggage, negotiate, secure, undress o worthy pertenecen a esta lista. Tan ingente cantidad de nuevas palabras enriquecieron el idioma. Lo hicieron más colorido y expresivo; más digno. Convirtió el inglés en un medio práctico de llegar al público.

La contribución de Shakespeare en los ámbitos de la cultura y la literatura es también enorme. Sus obras, principalmente las teatrales, han ayudado a comprender el significado de la literatura. En ellas encontramos muchos de los arquetipos presentes en la literatura posterior, y aún perceptibles en nuestros días. Shakespeare también nos dio el Globe Theater, uno de los principales teatros de su época. Muchas de sus obras siguen representándose hoy en día y son ampliamente conocidas en todo el mundo. También es el escritor más citado en la historia de la literatura de lengua inglesa, sólo por detrás de los textos bíblicos a nivel mundial. Además, no podemos obviar su influencia en tantos y tantos escritores a lo largo de cuatro siglos.

Sin desdeñar su obra poética, compuesta por más de 150 sonetos, creo que merecen nuestra admiración su maravillosa obra teatral, integrada por un ramillete delicioso de los mejores dramas de la lengua inglesa. Tradicionalmente, y tal como aparece categorizado en el póstumo First Folio (1623), que contiene 36 obras teatrales de Shakespeare, sus dramas están divididas en tres tipos: comedias, tragedias e historias.

Sus comedias, cuyas características no se corresponden necesariamente con el concepto actual, tienen un final feliz y concluyen habitualmente en matrimonio. Algunas de sus características más significativas son la lucha de los jóvenes amantes para superar los problemas, a menudo generados por la interferencia de sus mayores; identidades equivocadas; tensiones familiares habitualmente resueltas; complejas tramas interrelacionadas y el uso habitual de juegos de palabras y otros recursos típicos de la comedia. Personalmente he de manifestar mi predilección por El Mercader de Venecia y El sueño de una noche de verano, que he tenido la suerte de ver representadas en las tablas de un teatro, y por la maravillosa escritura creativa de Mucho ruido y pocas nueces, donde se entrelazan una historia de amor mitológico con otra de amor moderno inventado, dando como resultado una obra divertidísima con un final sorprendente. La fierecilla domadaLa comedia de los errores o Las alegres comadres de Windsor son otras de sus mejores comedias. Si he de destacar un personaje inmortal no dudaría en elegir al judío Shylock, un retrato despiadado del usurero judío.

Entre las tragedias se encuentran, a mi juicio, las mejores obras de Shakespeare. Sus argumentos dramáticos, que pueden incluir escenas cómicas, suelen presentar la muerte de personajes principales. En la mayor de parte de ellas encontramos también personajes aislados o una cierta desintegración social; una sensación de que los acontecimientos resultan inevitables o ineludibles, y una figura central, habitualmente noble, con una cierta debilidad en su personalidad que lo lleva a su propia perdición. Considero que obras como MacbethHamletRomeo y JulietaOtelo El Rey Lear se encuentran entre las más grandes tragedias de la literatura universal. Sus personajes son inmortales: las “hermanas fatídicas” y la malvada lady Macbeth, el atormentado príncipe de Dinamarca que busca venganza por el asesinato de su padre, el moro de Venecia, los desdichados amantes de Verona, o Regania y Gonerilda, las hijas malvadas del anciano rey. Por no mencionar a personajes históricos, espléndidamente retratados como personas de carne y hueso: Julio César y los amantes Antonio y Cleopatra, personajes de obras que también han sido clasificados como historias.

Las historias se centran en monarcas ingleses y muestran los peligros de la guerra civil, a la vez que glorifican los ancestros tudores de la reina Isabel. Los retratos de Ricardo III (enemigo de los Tudor) y Enrique V (uno de los grandes reyes de esta dinastía) han contribuido a crear una percepción de estos reyes que ha llegado hasta nuestros días.

Las obras de Shakespeare han sido llevadas profusamente al cine hasta llegar a superar el número de 250 cintas. Cineastas de la categoría de George Cukor, Orson Welles, Lawrence Olivier, Joseph Mankiewickz, Roman Polanski o Kenneth Branagh no han podido sustraerse al encanto del bardo inglés y han adaptado sus obras. Hamlet es, con diferencia, la obra adaptada con más frecuencia a la gran pantalla, y son muchos los dramas que han sido adaptados con éxito al cine. Pero si tuviera que recomendar una película, elegiría la deliciosa Shakespeare in Love (John Madden, 1998), un relato ficticio en su mayor parte que nos presenta a un joven e impetuoso Shakespeare y nos retrata a la perfección el teatro isabelino y las relaciones entre autores, empresarios y dramaturgos; las relaciones amorosas; el caótico Londres de finales del siglo XVI y, por supuesto, la preciosa historia de amor entre Romeo y Julieta.

William Shakespeare creó una época nueva en la literatura mundial, pues expresó con el mayor realismo las ideas renacentistas, esto es, la ideología del Humanismo. Shakespeare demuestra en sus obras su fe en el hombre. Por todo ello, hoy más que nunca quiero recordar al gran William Shakespeare. Poeta, dramaturgo y conocedor del ser humano, además de fuente inagotable de inspiración para millones de lectores.

A.G.

miércoles, 13 de abril de 2016

Lecturas recientes: Grotesco


Grotesco (2003)
Natsuo Kirino

La hermosa Yuriko Hirata y su impopular hermana existen en diferentes esferas de la vida del prestigioso Instituto Q para chicas de Tokio. Mientras tanto, la extraña Kazue Sato parece flotar entre ambas, tratando de buscar su sitio. Años más tarde Yuriko y Kazue, que se habían convertido en prostitutas, aparecen brutalmente asesinadas. Natsuo Kirino entreteje las historias de estas tres mujeres, su lucha dentro de las convenciones y restricciones de la sociedad japonesa, mediante una amalgama de confesiones en primera persona, documentación de terceras partes, entradas de diarios y cartas.

Yuriko comenzó a vender su cuerpo mientras aún estaba en el instituto, tras haber descubierto que está dotada de un algo que atrae a los hombres mayores. Está convencida de que nació destinada a convertirse en una prostituta, una criatura de carme destinada tan sólo a existir en el contexto de la sexualidad del hombre.

Kazue es lo opuesto a ella: una chica diligente, simple e impopular, que tras graduarse en una universidad de élite, se convierte en la empleada de una prestigiosa compañía de día y prostituta de noche. Esta convencida de que en una cultura como la japonesa, dominada por el hombre, el sexo es el único modo en que una mujer puede llegar a controlar el mundo.

Los destinos de estas dos mujeres aparecen desde el comienzo de la novela conectados con una tercera figura a la que ni siquiera se le da un nombre. Se trata de la hermana mayor de Yuriko, que también conoce a Kazue, pues fueron compañeras de clase.

Es ella a quien encarga Kirino la narración de la historia, si bien ésta lo hace de un modo poco fiable y manipulador. De hecho, sabotea la historia al revelar la identidad del asesino en los primeros capítulos y demuestra poca simpatía por ninguno de los protagonistas, excepto por ella misma. Resulta ser repugnantemente superficial y maliciosa y, por ello, no duda en desacreditar cualquier otro documento que hayan redactado otros personajes. También desestima la declaración del asesino, que califica como un trabajo ridículamente largo y tedioso. La narradora –indignante, anárquica y nada atractiva- es una extraordinaria réplica a la rigidez de su sociedad. Su fuerte postura se opone al rol sumiso que tradicionalmente se espera asuma la mujer japonesa, tanto en la educación o los negocios, como en su papel de esposas e hijas.

La belleza de Yuriko proviene en parte de una compleja ecuación genética. Su padre es suizo con ancestros polacos y su madre japonesa. La hermana mayor tiene una mala relación con sus padres. Con todo, su padre consigue a duras penas que la acepten en el Instituto Q para chicas, un centro educativo de élite, y ella opta por permanecer en Japón con su abuelo cuando el resto de la familia regresa a Suiza después de la bancarrota del negocio familiar de importación de chocolate.

La narradora se queda a vivir con su abuelo en una mísera vivienda subsidiada por el estado. Odia todo, dentro y fuera del colegio, con una intensidad que pasa de la brillantez al hastío. Desprecia a su madre, a su padre, al sexo opuesto y al modo en que los hombres y mujeres interactúan. Pero más que nada en el mundo, odia a su hermana, cuya existencia misma considera una lacra para la suya propia. Siente unos celos terribles por ella y la tacha de ser “diabólicamente hermosa”. Tal es su resentimiento con todos los que la rodean que incluso recibe de buen grado la noticia del suicidio de su madre y la muerte de su hermana. Con todo, la hermana de Yuriko se ve a sí misma como la única cosa decente en un mundo corrupto.

Llega el día en que Yuriko regresa a Tokio y es admitida en el Instituto Q, donde se hace inmensamente popular. Su aceptación en ese espacio tan cerrado hace que se desvanezca de inmediato la identidad de su hermana, cuyo papel queda reducido al de simple hermana de Yuriko, al de una sombra suya.

El hijo del profesor de biología, a pesar de ser homosexual, no es inmune a la belleza de Yuriko y no tarda en encargarse de concertarle citas. Es a partir de aquí donde comienza la carrera como prostituta de Yuriko.

A la muerte de Yuriko, su hermana tiene noticias de que ésta tuvo un hijo, Yurio, con su especie de padre adoptivo. Esta circunstancia le ofrece a la narradora la oportunidad de criar al chico ella misma, de convertirlo en suyo. Esto supondría una victoria sobre la biología y la sociedad, a las que la narradora cree conspirando en su contra.

Kirino descompone el esquema de la novela de detectives tradicional, cercenando el suspense, glamour, misterio y horror para presentarnos una narración desconcertante que no cumple con las expectativas convencionales. La parte criminal está bastante clara. Sin embargo, la familia de una de las víctimas no parece preocuparse mucho al respecto; la figura del detective apenas aparece; uno de los asesinatos se queda sin resolver, y el asesino de la otra mujer confiesa en seguida y abiertamente haber cometido el crimen, ofreciendo, a cambio, un relato conmovedor de su paupérrima infancia en China, que por un momento despierta más simpatías en el lector que las propias víctimas. El asesino de Yuriko, Zhang, es un obrero chino que emerge de una sociedad rural de crueldad indiscriminada y ha visto a su hermana morir en un desesperado intento de llegar a Japón. Sabemos que es culpable del asesinato de Yuriko, pero desconocemos si también mató a Kazue. Él insiste en su inocencia.

Grotesco es una novela ambiciosa, pues Natsuo Kirino mantiene sus ojos abiertos ante todo cuanto llame su atención. Nos encontramos ante una obra rica y compleja que reflexiona sobre la propia ambición, el deseo, la belleza, la crueldad y la identidad. Una lectura conmovedora que parece erigirse, no tanto como una novela criminal como un estudio de personajes brillante y subversivo. Si bien su pulso narrativo no es tan vibrante con el de Out, que ya comentamos en este blog, exhibe un retrato aún más crudo y descarnado de las bajas pasiones humanas. Una lectura muy recomendable.

A.G.