Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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jueves, 18 de junio de 2009

Lecturas recientes: La broma


La broma (1967)
Milan Kundera

Poco podría sospechar Ludvik, el protagonista principal de la novela cuáles serían las consecuencias de su broma. De una broma política que él cree inocente, hecha para impresionar a una mujer.

Ludvik, un hombre de pasiones arrebatadas, escribe en una postal dirigida a su amiga Marketa: “¡El optimismo es el opio del pueblo! El espíritu sano hiede a idiotez. ¡Viva! Trotsky.” La postal cae en manos de la Unión de Estudiantes, organización universitaria de la que también es miembro Ludvik, y es interpretada como una traición al régimen, un atentado contra el idealismo político vigente. Como consecuencia de ello, su autor es condenado y expulsado de la universidad y posteriormente del partido. Por tanto, ya no podrá postergar más el servicio militar y pasará recluido en el ejército hasta cumplir su obligación, pasando las penurias propias a las que son sometidos los jóvenes en el ejército en cualquier lugar del mundo. Entra en él como "Negro" (término con el que se denominaba a aquellos soldados a los que el Estado no les daba un arma, pues no confiaba en ellos. y los que además tienen que hacer los trabajos más duros). En esta dura etapa, Ludvik conoce a Lucie, quien marcará su vida para siempre. Ludvik se convierte, por tanto, en un enemigo del pueblo. Sus viejos camaradas y sus amigos lo abandonan y entre todos despliegan el escenario teatral de su condena.

Esta broma, como hemos visto, tiene algo de particular, pues fue proferida en un mundo que había perdido por completo el sentido del humor: la sociedad soviética de Checoslovaquia, uno de los países de la Europa oriental en los tiempos de la Guerra Fría. Toda la historia está construida sobre este hecho básico y aparentemente anodino y aborda las peripecias de alguien que debe cargar con el estigma de haber hecho una broma en mundo que es incapaz de apreciarla y ni siquiera comprenderla. De hecho, la broma no es en absoluto aceptada y su autor es implacablemente castigado por ello. Milan Kundera desarrolla, por tanto, una tesis que pretende demostrar cómo una broma (como cualquier otro hecho particular) puede ser determinante en la vida de una persona, sobre todo cuando ocurre en un contexto en el que no existe libertad de expresión.

La broma es una obra universal en el sentido que su crítica puede hacerse extensible a cualquier sociedad, incluso a la actual, tan poco dispuesta a acertar ciertas bromas como consecuencia de su total pérdida del sentido del humor. ¿Encuentra el protagonista la redención al final de la obra? Quizá pueda, en efecto, interpretarse así su vuelta a su tierra de origen y a su pasión primera, el canto folclórico tradicional de su patria.

La broma es quizá la novela más polémica de Milan Kundera, pues le valió castigos y censuras en su país natal, hasta el punto de que con el tiempo le fue retirada la nacionalidad checa.

La novela está contada por diferentes narradores, por lo que se ofrecen diferentes perspectivas de los mismos hechos. Parece el medio que emplea Kundera para disimular su exceso de explicación.

La broma es un libro sobre el poder y la política, pero también sobre el amor y el humor; sobre la venganza, el azar y la historia. Es una historia sobre las ridiculeces de la vida, y cómo éstas pueden cambiar nuestras vidas para siempre. Es, además, muy reveladora de los tiempos del yugo comunista en los países del otro lado del Telón de Acero; de unos tiempos que marcaron no sólo el devenir de la historia, sino la vida de millones de personas.
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A.G.

lunes, 15 de junio de 2009

Lecturas recientes: El juego del ángel


El juego del ángel (2008)
Carlos Ruiz Zafón

Prescindiendo del argumento, he de afirmar que la obra me ha decepcionado, aunque sólo en parte. Trataré de explicarme. Afirmo que El juego del ángel me ha decepcionado, pues esperaba encontrar en esta novela algo de la misma calidad de la que hace gala La sombra del viento, y para mi disgusto no he encontrado esa calidad por casi ninguna parte; ni siquiera la trama engancha tanto. Por otro lado, puedo afirmar que El juego del ángel no me ha decepcionado, pues en sentido estricto se trata de más de lo mismo, del mismo estilo, pero mucho más exagerado; exagerado ad absurdum. En este sentido podemos afirmar sin temor a equivocarnos que El juego del ángel es una auténtica novela gótica, tanto por las situaciones o escenas planteadas, como por los propios personajes, que parecen salidos de una película de terror o una novela al más puro estilo de E. A. Poe. Y eso no es todo, pues a lo largo de sús más de seiscinetas páginas nos encontramos con mansiones tétricas y en ruinas, cementerios, panteones monumentales, incendios y puertas secretas, brujas y espiritismo, etc.

¿Cuál es el problema de esta acumulación de elementos? Pues, a mi juicio, que todos ellos convierten el relato en una historia absolutamente inverosímil. Incluso la puerta abierta que parece dejar el autor con el epílogo fechado en 1945, y según el cual todo puede haberse tratado de un sueño, suena a farsa. Es una explicación tanto o más inverosímil que la anterior. Todo ello me lleva a considerar que el final no está en absoluto logrado. Carlos R. Zafón deja demasiados cabos sueltos; tantos que este final me ha dejado un sabor amargo, la sensación de que el autor no se ha esmerado o no ha sabido cómo solucionar una trama de por sí complicada. En fin, mucha poesía y metáfora, pero poco realismo y verosimilitud. Lo considero un desacierto por parte del autor.

Por otra parte, la novela se hace muy larga. Hay demasiados diálogos y situaciones que parecen eternizarse como consecuencia del afán descriptivo del autor y su reticencia a hacer uso de la elipsis narrativa.

Entre los elementos positivos que, a mi juicio, tratan de contrarrestar los negativos recién mencionados, destacan sin duda la interesante relación que se establece entre el protagonista (David) y su joven aprendiz de escritora (Isabella), algunas descripciones muy visuales o los magníficos retratos de personajes como Cristina y Pedro Vidal. Además, El juego del ángel tiene una mejor prosa que La sombra del viento y unos diálogos francamente brillantes, llenos de ingenio y humor. Pero poco más.

En definitiva, es una novela cuya lectura no deja indiferente. Uno experimenta la sensación de que con el paso de los días su recuerdo va diluyéndose, hasta hacer sentir que lo que se ha leído no es sino una novela más, un bestseller que bien podría haber escrito cualquier autor del romanticismo; y que no merece tanta publicidad como la que ha recibido. Publicidad que se debe sin duda al éxito de La sombra del viento, que por todo lo expuesto me parece mucho mejor que El juego del ángel.
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A.G.

jueves, 11 de junio de 2009

Lecturas recientes: El buque fantasma


El buque fantasma (1992)
Andrés Trapiello

Andrés Trapiello contempla su época de estudiante universitario veinte años después. Y lo hace con nostalgia, sin bien no duda en reconocer que aquellos tiempos (los años setenta) fueron desdichados e irrepetibles y, como tales, fueron vividos no sin un cierto grado de heroicidad. La ciudad de Valladolid se esconde detrás de V., sus calles, sus casas y su recuerdo.

Andrés Trapiello exhibe en El buque fantasma un espléndido dominio del lenguaje y no sólo en la expresión de los sentimientos (cuando éste es lírico y sensible), sino en las descripciones, que son precisas y contenidas. De hecho, Trapiello es uno de esos escritores que no considera la historia más importante que el modo de contarlas. De hecho, la historia que se narra en El buque fantasma es simple, y su autor, tanto tiempo después, la afronta con una cierta nostalgia. Sin embargo, transmite la sensación inequívoca de que la importancia y trascendencia de aquel acontecimiento (que entonces pudo haberle parecido tan importante) se ha diluido a través de los años hasta extinguirse en el presente, tantos años después. Recuerda a sus protagonistas con nostalgia, pero siendo consciente de que los ha dejado atrás, pues son parte del pasado y no volverán, como el tiempo en que transcurre la acción.

La obra fue merecedora del Premio Internacional de novela Plaza & Janés en 1992 .

A.G.

martes, 2 de junio de 2009

Lecturas recientes: El cuaderno rojo


El cuaderno rojo (1993)
Paul Auster

La obra que nos ocupa es la suma de trece cuentos cortos , historias autobiográficas, que son una especie de diario personal del propio Paul Auster, en el que el autor cuenta sus experiencias sobre la importancia de las coincidencias y cuyo hilo conductor es el azar; el azar en la novela y en la vida misma. El idioma del azar es también el idioma de la fragilidad: hay coincidencias y casualidades con las que te mueres. Descubrir el poder del azar es descubrir que somos tremendamente frágiles y vulnerables, que dependemos de la casualidad, que una coincidencia estúpida puede destrozarnos en un segundo.

De hecho, según el propio autor afirma, su primera novela fue inspirada por un número equivocado. Un hombre llamó una noche a su casa, preguntando por la agencia de detectives Pinkerton. Auster le contesto que se había equivocado. La noche siguiente, se repitió la llamada, así como la respuesta del novelista, quien, intrigado, comenzó a preguntarse qué habría sucedido si hubiera fingido que el número correspondía realmente a la agencia de detectives, y él era uno de ellos. Así fue cómo comienza su novela La ciudad de cristal.

Paul Auster asegura también que todo lo que ha escrito en este Cuaderno rojo es una historia verdadera, pues los escritores no siempre falsean la realidad, en contra de lo que suele decirse, y cubren de mentira lo vivido. En esta colección de cuentos, Paul Auster reconstruye algunos hechos que en su momento le impresionaron, con el fin de borrar las sutiles fronteras entre experiencia y ficción. Paul Auster nos demuestra su especial obsesión por las casualidades asombrosas, por lo que él mismo ha llamado "la música del azar", ese lenguaje coloquial, esos gestos próximos y encadenados del destino. En este sentido, cada capítulo de esta obra encierra una breve narración de una coincidencia: en uno, el autor tiene un pinchazo en una rueda del coche cuatro veces a lo largo de ocho años, siempre cuando va acompañado de la misma persona; y en otro, una mujer descubre después de mucho tiempo que su padre y el padre de su marido son el mismo hombre, etc. Son anécdotas que cierran una circunferencia en la que es imposible saber el orden de prioridad entre lo ficticio y lo real o si el soporte de la literatura es una hoja de papel o, simplemente, el aire que se respira.

El cuaderno rojo es un libro muy ameno cuyas historias, aparentemente sin importancia, triviales, dan que pensar. Me parece una forma muy adecuada de introducirse en el microcosmos de uno de los más grandes escritores de nuestro tiempo.

A.G.