Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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jueves, 18 de abril de 2013

Segundas lecturas: El segundo reino


El segundo reino (2000)
Rebecca Gablé

Leí esta novela por primera vez hace varios años. Fue una época en que estaba especialmente interesado en obras ambientadas en la Edad Media. Había leído Los pilares de la tierra y más recientemente Opum Nigrum, de Marguerite Yourcenar, además de alguna otra novela que alguien me había recomendado y no acabó de gustarme, por lo que ni siquiera recuerdo su título.

Vagando entre las estanterías de una librería en busca de lectura veraniega me topé con El segundo reino, escrita por una autora alemana de la que jamás había oído hablar. El argumento, o más bien la época en que estaba ambientada la novela, me atrajo de inmediato. La leí en menos de una semana y tiempo después adquirí la secuela, El traductor del rey.

Años más tarde, he vuelto a disfrutar de esta historia amena, interesante y muy bien contada. La ficción se entrelaza de forma espléndida con una realidad histórica apasionante: los formidables acontecimientos acaecidos durante los años previos a la conquista normanda de Inglaterra, los denodados intentos de Guillermo el Conquistador por sofocar las revueltas de los insurrectos anglosajones y las razzias vikingas, constantes y despiadadas, sobre suelo inglés.

Hace unas semanas descubrí por azar otra novela de Rebecca Gablé, El rey de la ciudad púrpura, y su lectura no hizo sino corroborar la conclusión a la que había llegado después de leer El segundo reino y El traductor del rey: Rebecca Gablé es, sin duda, una de las mejores escritoras de ficción medieval contemporáneas.

La historia se inicia en Inglaterra, el año 1064. El joven Cædmon  es herido de gravedad en una pierna por una flecha vikinga que pone fin a su despreocupada infancia en Helmsby, donde vive en compañía de sus padres y sus hermanos. Convertido en un lisiado, su padre, el thane æfric, lo envía como traductor de una delegación inglesa a Normandía, la patria de su madre, María de Falaise. Instalado en la corte del duque Guillermo, el futuro conquistador de Inglaterra, Caedmon traba amistad con Wulfnoth Godwinson, hermano de Harold, el conde de Wessex y futuro rey de Inglaterra. Wulfnoth es un expatriado como el propio Caedmon, al que Guillermo mantiene cautivo en su corte como garante de la fidelidad de Harold.

Caedmon sufre un largo y duro proceso de adiestramiento, mas finalmente logra adaptarse a las costumbres normandas, hasta el punto de disfrutar del favor del mismísimo Guillermo, que lo convierte en su traductor. Hace buenos amigos entre los normandos y se enamora de la joven Aliesa, hermana de su amigo Lucien de Ponthieu.

Pasados los años, Caedmon regresa a Inglaterra con el duque Guillermo. Allí sirve de mediador entre los nobles ingleses y el nuevo rey. En Inglaterra se reencuentra con sus padres y sus hermanos (Dunstan, que siempre lo considerará un enemigo más que un hermano, Guthric, Eadwig y Hyld, que huye de Helmsby en compañía de Eric, el vikingo que hirió fatalmente a Caedmon años atrás).

El triunfo normando en la batalla de Hastings, el año 1066, convierte a Caedmon de Helmsby en mediador entre conquistadores y vencidos. Tan ingrato papel le granjeará enconados enemigos. A la muerte de su padre, hereda el título de thane de Helmsby y como tal ha de lidiar, a medio camino entre Inglaterra y Normandía, con las dificultades que tal cargo entraña. A la misma vez, su relación con Aliesa madura, hasta el punto de granjearle serias dificultades, pues la joven está casada con uno de sus amigos.

La historia atraviesa una serie de vicisitudes, de cuyo desenlace obviamente prefiero privaros, que hacen de ella un relato muy emocionante.

La historia está plagada de personajes históricos (Eduardo el Confesor, rey de Inglaterra, Guy de Ponthieu u Odo de Bayeux, hermano de Guillermo y uno de los responsables de ese monumento histórico-artístico que es el Tapiz de Bayeux; además de los ya mencionados), que conviven con los creados por Rebecca Gablé, que en realidad parecen tan de carne y hueso como podemos considerar a los que verdaderamente habitaron Normandía e Inglaterra en el siglo XI.

A.G.

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