Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
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viernes, 18 de octubre de 2013

Sorpresas gratas: No quisiera estar en sus zapatos


No quisiera estar en sus zapatos (1943)
William Irish

Tom Quinn y su esposa Ann comparten un diminuto apartamento de una habitación en un extraño edificio de Nueva York. Sueñan con convertirse en bailarines famosos. Las noches les resultan insoportables debido a los maullidos de los gatos. Desesperado, incapaz de conciliar el sueño, Tom les tira sus zapatos para callen como último remedio a su pesadilla. Pero su mujer no tarda en cuestionar lo que acaba de hacer y le obliga a bajar a por ellos. (Se encuentran acuciados por una precaria situación económica.) Sin embargo, Tom no consigue encontrarlos. Tom tiene un problema en los pies y calza zapatos ortopédicos. El día siguiente los zapatos aparecen frente a su puerta. Hasta ahí todo podría parecer normal.

Pero a pocas manzanas del edificio, un anciano que se alimentaba de latas de conserva aparece asesinado en su casa de madera en ruinas. La policía, en la persona del detective Clint Judd, ha encontrado la huella de un zapato ortopédico en el lugar del crimen. Las pesquisas de la policía no tardan en implicar a Tom en el sangriento asesinato. Las sospechas, fundadas en sus zapatos, se ven acrecentadas cuando la policía encuentra en poder de Tom una cartera con una gran cantidad de dinero (en billetes viejos de 20 dólares) que afirma haberse encontrado en la calle. Podemos fácilmente imaginar las consecuencias fatales para Tom, no sólo a nivel judicial sino a nivel familiar. La historia se va tornando cada vez más angustiosa para Tom, que se ve abocado a un final fatal. La elaborada trama tejida por William Irish nos conduce por vericuetos insospechados donde nada resulta ser lo que parece, donde la lógica y lo tangible no siempre reflejan la realidad.

Tom es juzgado y condenado a la pena de muerte. La noche antes de su ejecución Ann busca la ayuda de Judd para probar la inocencia de Tom. Aparece entonces un sospechoso, Kosloff, pero una impecable coartada lo exculpa. ¿Qué ocurre al final? Tendréis que leerlo para averiguar el desenlace de este intrigante relato.

William Irish (seudónimo de Cornell Woolrich) es uno de los indudables precursores de la novela de suspense, en tanto subgénero de la novela negra. En sus novelas los personajes se ven atrapados de un modo fatal en una atmósfera sobrecogedora. El universo del escritor desata los miedos atávicos, no sólo de los protagonistas de sus obras, sino en las almas de los lectores. Nada es superfluo ni gratuito.

Sus novelas y relatos han servido de inspiración a una treintena de películas. La más conocida de ellas es La ventana indiscreta, obra maestra del cine de suspense, dirigida por Alfred Hichcock, y basada en el cuento It had to be murder (1942). No quisiera estar en sus zapatos fue llevada a la gran pantalla por William Nigh en 1948.

A.G.

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