Nemesis (2010)
Philip Roth
En la mitología griega, Némesis era la diosa de la justicia
retributiva, la solidaridad, la venganza, el equilibrio y la fortuna. En la
novela homónima de Philip Roth, Némesis adopta la forma de la epidemia de polio
de los años 40 que avanza por las calles del barrio judío de la Newark (Nueva
Jersey), la ciudad nativa de Roth. Puesto que la enfermad golpea sobre todo a
los jóvenes y adolescentes, sus efectos parecen particularmente perniciosos
entre la población judía, muchos de cuyos miembros parecen haber contraído la
enfermedad en mayor número que otros grupos étnicos.
Los Alidados avanzan en Italia durante el verano de 1944. Mientras
tanto, en Newark Bucky Cantor, el profesor de gimnasia y director de la
escuela, ha de resignarse con permanecer en el país y no poder servir en el
ejército a causa de su mala vista. Se atrapado por un
poderoso sentimiento de vergüenza. Su madre murió en el parto. Su padre, un ladrón, dejó de existir para él hace
tiempo. Pero nada de ello le importa más que no poder luchar contra los
alemanes, junto a sus mejores compañeros, los hombres de su edad hábiles para
dicha tarea. La vida, no obstante, lo ha tratado bien. Lo criaron sus abuelos:
su abuelo, un inmigrante que le animó a valerse por sí mismo como hombre y como
judío; su abuela, una mujer bondadosa con quien vive Bucky cuando comienza la
historia. Cantor es consciente de su suerte, lo que le permite albergar no sólo
un sentimiento de gratitud hacia ellos, sino un sentido de obligación que le ayuda
a soportar sus desilusiones.
Cantor desempeña el
papel de director de escuela con una combinación de entusiasmo y dignidad que
le hace, a los ojos de los chicos, un héroe absoluto. Sus metas en la vida no
son, de hecho, menos exaltadas: quería enseñar a los chicos lo que su abuelo le
había enseñado a él: tenacidad y determinación, para ser lo suficientemente
valiente y capaz como para no dejarse intimidar por los demás. Sin embargo, ni
la fuerza ni la compasión sirven para combatir la poliomelitis, una enfermedad
para la que aún no había cura en 1944. Cuando la polio asola la ciudad y se
propaga entre los chicos, aumenta el sentido del deber de Bucky. En contra de los deseos de Marcia, su novia, y
su familia, decide permanecer y protegerlos. En este punto el libro parece más
bien un relato histórico desprovisto de elementos de ficción. El único
incidente que presenta una finalidad auténticamente dramática es el que aborda
el posible motivo del brote de polio: la aparición de un grupo de italianos en
el patio de la escuela, amenazando a los chicos con que iban a propagar la
enfermedad escupiendo en el suelo. Cantor, sin embargo, desestima la
posibilidad de que la epidemia haya comenzado de esa manera, pero los chicos no
tardan en contraer la enfermedad.
A medida que los
niños comienzan a morir, uno por uno, y la comunidad judía se ve sumida en el
miedo, las bases de la existencia de Cantor empiezan a desmoronarse. Considera
aquello como una verdadera guerra, una guerra de muerte, ruina, pérdida y
maldición. Demasiado digno para saborear la oportunidad de servir en el frente,
demasiado honesto para no reconocer su propio miedo, Bucky afronta la situación
lo mejor que puede, es decir, con seriedad, compasión, desconcierto e ira.
Cargando aún con la culpa de no estar sirviendo en el ejército, Bucky
aguanta el sufrimiento todo el tiempo que puede, antes de que su novia le
convenza por fin de que se una a ella en el campamento de verano, fuera de la
ciudad. Enfadado con Dios, Bucky huye de la ciudad y se
emplea como encargado de un campamento de verano para chicos judíos en las montañas del este de Pennsylvania. Su
novia, que trabaja en el campamento para chicas de al lado, ve la decisión de
Bucky como la oportunidad de permanecer juntos, cuando antes, mientras Cantor
trabajaba en Newark, tenían que pasar el verano separados. Sin embargo, Bucky
no puede evitar que le atormente la conciencia por haber
huido. A medida que la epidemia avanza Cantor se ve atrapado entre el deseo y
la obligación.
Algunos días después de su marcha, comienzan a cerrarse las escuelas
en Newark y a Cantor le asalta el remordimiento. Piensa que si se hubiera
quedado más tiempo, no habría tenido que enfrentarse a la vergüenza de la
huida. Y lo que es aún peor, no tarda en suceder un brote de polio en el
campamento de vacaciones. En este punto de la novela, la tragedia y los
acontecimientos desgraciados que suceden evocan uno de los grandes temas de la
narrativa de Roth: la injusticia del destino. Al igual que en muchas de sus
otras novelas, el sexo y la muerte están unidos desde el comienzo, pero en Némesis la importancia del sexo tarda en
hacerse patente.
En la mayor parte de las novelas de Roth tal compañerismo o unión se
convierte en pura lujuria. Sin embargo, en Némesis
los encuentros sexuales están mucho más restringidos. Podemos ver esto cuando
Bucky y Marcia se citan por primera vez en las montañas y en la tarde en el
bello paraje de las Montañas Pocono, cuando Marcia lo lleva por los bosques
oscuros a su cabaña, cantando durante todo el camino fragmentos de su canción
del verano favorita, I’ll be seeing you.
Hacia el final de la novela se produce un súbito cambio de perspectiva
y Roth muestra a un Cantor ya anciano recibiendo la visita de los chicos de la
escuela que contrajeron la polio. Los chicos descubren que Cantor no ha
conseguido recuperarse del dolor de sus primeros años de vida adulta. Con todo,
lo que realmente le preocupa, más aún que la pérdida de su destreza física, es
la memoria de la novia que lo abandonó en su momento más oscuro. Bucky ha sido
víctima de su destino. Un hombre que no es capaz de creer en Dios ni de aceptar
su suerte. La auténtica Némesis es la Muerte, el único enemigo al que no se
puede vencer. En la mayor parte de sus obras previas los pensamientos acerca de
la muerte llevan a los personajes masculinos de Roth a situar sus esperanzas en
el sexo. Bucky tiene tantos de estos pensamientos funestos que presta poca
atención a los deseos de Marcia, pensando sólo en los chicos muertos de Newark.
De hecho, Cantor se siente tan lastrado por la culpa del superviviente que
llega a creer que es él quien propaga la enfermedad.
La obra de Philip Roth había sido dividida hasta hace unos años en
varias categorías principales: las novelas que tiene como protagonista al novelista
Nathan Zuckerman; las novelas sobre el propio Philip Roth; las novelas sobre
David Depesh, su protagonista académico, y los libros de no ficción. Con Némesis, Roth nos
presenta una nueva categoría, a la que se han añadido obras anteriores: Everyman, Indignación y La humillación,
situadas hasta entonces en uno de los otros grupos. Roth ha descrito estas
novelas como obras cataclísmicas en
las que uno no muere, pero sí lo hacen todos los demás.
A.G.
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