Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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martes, 21 de junio de 2016

Lecturas recientes: Némesis


Nemesis (2010)
Philip Roth

En la mitología griega, Némesis era la diosa de la justicia retributiva, la solidaridad, la venganza, el equilibrio y la fortuna. En la novela homónima de Philip Roth, Némesis adopta la forma de la epidemia de polio de los años 40 que avanza por las calles del barrio judío de la Newark (Nueva Jersey), la ciudad nativa de Roth. Puesto que la enfermad golpea sobre todo a los jóvenes y adolescentes, sus efectos parecen particularmente perniciosos entre la población judía, muchos de cuyos miembros parecen haber contraído la enfermedad en mayor número que otros grupos étnicos.

Los Alidados avanzan en Italia durante el verano de 1944. Mientras tanto, en Newark Bucky Cantor, el profesor de gimnasia y director de la escuela, ha de resignarse con permanecer en el país y no poder servir en el ejército a causa de su mala vista. Se atrapado por un poderoso sentimiento de vergüenza. Su madre murió en el parto. Su padre, un ladrón, dejó de existir para él hace tiempo. Pero nada de ello le importa más que no poder luchar contra los alemanes, junto a sus mejores compañeros, los hombres de su edad hábiles para dicha tarea. La vida, no obstante, lo ha tratado bien. Lo criaron sus abuelos: su abuelo, un inmigrante que le animó a valerse por sí mismo como hombre y como judío; su abuela, una mujer bondadosa con quien vive Bucky cuando comienza la historia. Cantor es consciente de su suerte, lo que le permite albergar no sólo un sentimiento de gratitud hacia ellos, sino un sentido de obligación que le ayuda a soportar sus desilusiones.

Cantor desempeña el papel de director de escuela con una combinación de entusiasmo y dignidad que le hace, a los ojos de los chicos, un héroe absoluto. Sus metas en la vida no son, de hecho, menos exaltadas: quería enseñar a los chicos lo que su abuelo le había enseñado a él: tenacidad y determinación, para ser lo suficientemente valiente y capaz como para no dejarse intimidar por los demás. Sin embargo, ni la fuerza ni la compasión sirven para combatir la poliomelitis, una enfermedad para la que aún no había cura en 1944. Cuando la polio asola la ciudad y se propaga entre los chicos, aumenta el sentido del deber de Bucky. En contra de los deseos de Marcia, su novia, y su familia, decide permanecer y protegerlos. En este punto el libro parece más bien un relato histórico desprovisto de elementos de ficción. El único incidente que presenta una finalidad auténticamente dramática es el que aborda el posible motivo del brote de polio: la aparición de un grupo de italianos en el patio de la escuela, amenazando a los chicos con que iban a propagar la enfermedad escupiendo en el suelo. Cantor, sin embargo, desestima la posibilidad de que la epidemia haya comenzado de esa manera, pero los chicos no tardan en contraer la enfermedad.

A medida que los niños comienzan a morir, uno por uno, y la comunidad judía se ve sumida en el miedo, las bases de la existencia de Cantor empiezan a desmoronarse. Considera aquello como una verdadera guerra, una guerra de muerte, ruina, pérdida y maldición. Demasiado digno para saborear la oportunidad de servir en el frente, demasiado honesto para no reconocer su propio miedo, Bucky afronta la situación lo mejor que puede, es decir, con seriedad, compasión, desconcierto e ira.

Cargando aún con la culpa de no estar sirviendo en el ejército, Bucky aguanta el sufrimiento todo el tiempo que puede, antes de que su novia le convenza por fin de que se una a ella en el campamento de verano, fuera de la ciudad. Enfadado con Dios, Bucky huye de la ciudad y se emplea como encargado de un campamento de verano para chicos judíos en las montañas del este de Pennsylvania. Su novia, que trabaja en el campamento para chicas de al lado, ve la decisión de Bucky como la oportunidad de permanecer juntos, cuando antes, mientras Cantor trabajaba en Newark, tenían que pasar el verano separados. Sin embargo, Bucky no puede evitar que le atormente la conciencia por haber huido. A medida que la epidemia avanza Cantor se ve atrapado entre el deseo y la obligación.

Algunos días después de su marcha, comienzan a cerrarse las escuelas en Newark y a Cantor le asalta el remordimiento. Piensa que si se hubiera quedado más tiempo, no habría tenido que enfrentarse a la vergüenza de la huida. Y lo que es aún peor, no tarda en suceder un brote de polio en el campamento de vacaciones. En este punto de la novela, la tragedia y los acontecimientos desgraciados que suceden evocan uno de los grandes temas de la narrativa de Roth: la injusticia del destino. Al igual que en muchas de sus otras novelas, el sexo y la muerte están unidos desde el comienzo, pero en Némesis la importancia del sexo tarda en hacerse patente.

En la mayor parte de las novelas de Roth tal compañerismo o unión se convierte en pura lujuria. Sin embargo, en Némesis los encuentros sexuales están mucho más restringidos. Podemos ver esto cuando Bucky y Marcia se citan por primera vez en las montañas y en la tarde en el bello paraje de las Montañas Pocono, cuando Marcia lo lleva por los bosques oscuros a su cabaña, cantando durante todo el camino fragmentos de su canción del verano favorita, I’ll be seeing you.

Hacia el final de la novela se produce un súbito cambio de perspectiva y Roth muestra a un Cantor ya anciano recibiendo la visita de los chicos de la escuela que contrajeron la polio. Los chicos descubren que Cantor no ha conseguido recuperarse del dolor de sus primeros años de vida adulta. Con todo, lo que realmente le preocupa, más aún que la pérdida de su destreza física, es la memoria de la novia que lo abandonó en su momento más oscuro. Bucky ha sido víctima de su destino. Un hombre que no es capaz de creer en Dios ni de aceptar su suerte. La auténtica Némesis es la Muerte, el único enemigo al que no se puede vencer. En la mayor parte de sus obras previas los pensamientos acerca de la muerte llevan a los personajes masculinos de Roth a situar sus esperanzas en el sexo. Bucky tiene tantos de estos pensamientos funestos que presta poca atención a los deseos de Marcia, pensando sólo en los chicos muertos de Newark. De hecho, Cantor se siente tan lastrado por la culpa del superviviente que llega a creer que es él quien propaga la enfermedad.

La obra de Philip Roth había sido dividida hasta hace unos años en varias categorías principales: las novelas que tiene como protagonista al novelista Nathan Zuckerman; las novelas sobre el propio Philip Roth; las novelas sobre David Depesh, su protagonista académico, y los libros de no ficción. Con Némesis, Roth nos presenta una nueva categoría, a la que se han añadido obras anteriores: Everyman, Indignación y La humillación, situadas hasta entonces en uno de los otros grupos. Roth ha descrito estas novelas como obras cataclísmicas en las que uno no muere, pero sí lo hacen todos los demás.

A.G.

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