Azul casi transparente (1976)
Ryu Murakami
La historia que nos cuenta esta exitosa novela es bien sencilla. No podemos decir que tenga un argumento claro, si bien a lo largo de sus páginas transcurren varias tramas en las que se ven involucrados sus personajes y que no son fáciles de resumir. El narrador, Ryu, es un drogadicto bisexual de diecinueve años que vive en Tokio y mantiene una relación imprecisa con Lilly, una prostituta que fue modelo de modas. La mayor parte de las escenas del libro presentan a los dos, o a Ryu con sus amigos, tomando drogas o hablando de ellas. A través de sus ojos descubrimos a sus amigos Ikonawa y Yoshima, ambos yonkis, o a sus novias Kei y Reiko.
Se trata en realidad de una sucesión de capítulos cortos en los que se describe unos pocos días en la vida de una panda de adolescentes. Podemos decir, por tanto, que Azul casi transparente es un viaje, un cuento de la vida cotidiana donde cada día se llena de sexo en grupo, alucinaciones, prostitución, violencia y suicidio. Mediante una narrativa rica en imágenes, Murakami retrata a un grupo de amigos encerrados en un ciclo destructivo de sexo y drogas en el Japón de los años 70.
Una de las escenas del libro nos muestra a Ryu y Lilly tomando mescalina y conduciendo sin rumbo en medio de una tormenta. Otra escena, quizá donde se mejor se aprecia el “antisentimentalismo” y la frialdad del tratamiento del autor, la violencia y el erotismo más crudo, es una orgía en la que toman parte, junto a Ryu y sus amigos, soldados norteamericanos de una base próxima. El libro concluye con una breve carta de Ryu a Lilly, en la que le pregunta dónde está ahora y le pide que se ponga en contacto con él.
En un primer momento, el lector se ve sorprendido por el escaso sentido del tiempo a lo largo de toda la novela, debido a la ausencia de conectores. Vagamente se intuye que los acontecimientos que se narran ocurren durante varias semanas o meses y que quizá no estén contados en orden cronológico. Sin embargo, apreciamos poco a poco que algunas escenas contienen detalles que hacen referencia a otras escenas, de tal forma que no tardamos en comprender que el libro está en realidad cuidadosamente estructurado; lo cual no es fácil de discernir, debido quizá a la gran cantidad de personajes que ululan por sus páginas.
Una lectura más cuidadosa nos permite deducir que la narración se inicia a comienzos del verano y dura siete días. El narrador (Ryu recordando los acontecimientos del libro), al contrario de lo que ocurre con el personaje (Ryu viviendo los acontecimientos del libro) parece interesado de verdad en las relaciones y estados emocionales de otros personajes del libro. El narrador se centra en la descripción de cosas externas, mientras presenta diálogos entre los personajes. Demuestra su habilidad y motivación para describir cosas que parecen irrelevantes a sus pensamientos y los de la gente que le rodea, con interés y distanciamiento. Uno comienza a sentir que el libro no es ya tan divertido como había pensado al comienzo, y sí más emotivo.
De hecho, Ryu parece gustar a sus amigos, que lo consideran el más observador y socialmente consciente de todos. El narrador, que describe cosas con calma, parece una versión incluso más observadora de Ryu, lo cual relaja la lectura.
Tal como está escrito Azul casi transparente, todo parece ser simple, no hay tabúes ni nada que esconder, sin bien percibimos con claridad el asunto principal, que no es precisamente baladí, de que trata la novela: la caída en decadencia de la sociedad en las drogas, el sexo y la violencia. Al mismo tiempo, percibimos la inocencia y pureza de los personajes, unos seres que se encuentran absolutamente perdidos en un mundo terriblemente insensible, un Tokio sin alma. Uno, de hecho, no puede evitar entristecerse por ellos, los protagonistas de una triste historia de juventud perdida.
Ryu Murakami escribe de un modo instintivo, sin artificio, lo cual hace que la novela sea muy fácil de leer. Las cosas que se describen pueden a veces parecer terribles, pero nada es peor que lo que no se dice, las consecuencias de cada acto.
Azul casi transparente fue la primera novela publicada por el entonces estudiante Ryu Murakami, quien hoy en día es un escritor y director de cine prestigioso en Japón. (No debemos confundirlo con el otro Murakai, Haruki, autor entre otras novelas de la fascinante y conmovedora Tokyo Blues, que ya comentamos en este blog). La novela que nos ocupa recibió el Premio Akitagawa, uno de los más prestigiosos de las letras japonesas. Fue tal su éxito inmediato que vendió más de un millón de ejemplares en seis meses. En definitiva, una novela que no deja indiferente, eso os lo puedo asegurar. Una novela de contrastes, violenta y cruda, que mueve a la reflexión. ¿No es eso acaso uno de los principales valores de la buena literatura?
A.G.
Ryu Murakami
La historia que nos cuenta esta exitosa novela es bien sencilla. No podemos decir que tenga un argumento claro, si bien a lo largo de sus páginas transcurren varias tramas en las que se ven involucrados sus personajes y que no son fáciles de resumir. El narrador, Ryu, es un drogadicto bisexual de diecinueve años que vive en Tokio y mantiene una relación imprecisa con Lilly, una prostituta que fue modelo de modas. La mayor parte de las escenas del libro presentan a los dos, o a Ryu con sus amigos, tomando drogas o hablando de ellas. A través de sus ojos descubrimos a sus amigos Ikonawa y Yoshima, ambos yonkis, o a sus novias Kei y Reiko.
Se trata en realidad de una sucesión de capítulos cortos en los que se describe unos pocos días en la vida de una panda de adolescentes. Podemos decir, por tanto, que Azul casi transparente es un viaje, un cuento de la vida cotidiana donde cada día se llena de sexo en grupo, alucinaciones, prostitución, violencia y suicidio. Mediante una narrativa rica en imágenes, Murakami retrata a un grupo de amigos encerrados en un ciclo destructivo de sexo y drogas en el Japón de los años 70.
Una de las escenas del libro nos muestra a Ryu y Lilly tomando mescalina y conduciendo sin rumbo en medio de una tormenta. Otra escena, quizá donde se mejor se aprecia el “antisentimentalismo” y la frialdad del tratamiento del autor, la violencia y el erotismo más crudo, es una orgía en la que toman parte, junto a Ryu y sus amigos, soldados norteamericanos de una base próxima. El libro concluye con una breve carta de Ryu a Lilly, en la que le pregunta dónde está ahora y le pide que se ponga en contacto con él.
En un primer momento, el lector se ve sorprendido por el escaso sentido del tiempo a lo largo de toda la novela, debido a la ausencia de conectores. Vagamente se intuye que los acontecimientos que se narran ocurren durante varias semanas o meses y que quizá no estén contados en orden cronológico. Sin embargo, apreciamos poco a poco que algunas escenas contienen detalles que hacen referencia a otras escenas, de tal forma que no tardamos en comprender que el libro está en realidad cuidadosamente estructurado; lo cual no es fácil de discernir, debido quizá a la gran cantidad de personajes que ululan por sus páginas.
Una lectura más cuidadosa nos permite deducir que la narración se inicia a comienzos del verano y dura siete días. El narrador (Ryu recordando los acontecimientos del libro), al contrario de lo que ocurre con el personaje (Ryu viviendo los acontecimientos del libro) parece interesado de verdad en las relaciones y estados emocionales de otros personajes del libro. El narrador se centra en la descripción de cosas externas, mientras presenta diálogos entre los personajes. Demuestra su habilidad y motivación para describir cosas que parecen irrelevantes a sus pensamientos y los de la gente que le rodea, con interés y distanciamiento. Uno comienza a sentir que el libro no es ya tan divertido como había pensado al comienzo, y sí más emotivo.
De hecho, Ryu parece gustar a sus amigos, que lo consideran el más observador y socialmente consciente de todos. El narrador, que describe cosas con calma, parece una versión incluso más observadora de Ryu, lo cual relaja la lectura.
Tal como está escrito Azul casi transparente, todo parece ser simple, no hay tabúes ni nada que esconder, sin bien percibimos con claridad el asunto principal, que no es precisamente baladí, de que trata la novela: la caída en decadencia de la sociedad en las drogas, el sexo y la violencia. Al mismo tiempo, percibimos la inocencia y pureza de los personajes, unos seres que se encuentran absolutamente perdidos en un mundo terriblemente insensible, un Tokio sin alma. Uno, de hecho, no puede evitar entristecerse por ellos, los protagonistas de una triste historia de juventud perdida.
Ryu Murakami escribe de un modo instintivo, sin artificio, lo cual hace que la novela sea muy fácil de leer. Las cosas que se describen pueden a veces parecer terribles, pero nada es peor que lo que no se dice, las consecuencias de cada acto.
Azul casi transparente fue la primera novela publicada por el entonces estudiante Ryu Murakami, quien hoy en día es un escritor y director de cine prestigioso en Japón. (No debemos confundirlo con el otro Murakai, Haruki, autor entre otras novelas de la fascinante y conmovedora Tokyo Blues, que ya comentamos en este blog). La novela que nos ocupa recibió el Premio Akitagawa, uno de los más prestigiosos de las letras japonesas. Fue tal su éxito inmediato que vendió más de un millón de ejemplares en seis meses. En definitiva, una novela que no deja indiferente, eso os lo puedo asegurar. Una novela de contrastes, violenta y cruda, que mueve a la reflexión. ¿No es eso acaso uno de los principales valores de la buena literatura?
A.G.
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