Alto riesgo (2001)
Ken Follet
Mayo de 1944, se acerca el Día
D. Un grupo de la Resistencia francesa trata de asaltar una central de
comunicaciones alemana instalada en un antiguo castillo del siglo XVII, en el
pueblo de Saint-Cécile, cerca de Reims. La agente británica Flick y su marido
Michel, un líder local de la Resistencia, dirigen el ataque, pero éste resulta
ser un fracaso. Los alemanes no saben dónde ni cuándo tendrá lugar el
desembarco aliado, pero presienten que será pronto y están preparados. Michel
es herido y se escabulle. Flick siente que su mundo se ha puesto patas arriba.
Destruido su grupo y desaparecido Michel, tiene que regresar sola al cuartel
general del MI6 en Londres.
El fallido asalto a la central
telefónica presenta a los personajes principales de la novela. Felicity “Flick”
Clairet tiene el rango de mayor en el British Special Operations Executive. Es
una agente experta, responsable de sabotajes, que ha sobrevivido a varias
operaciones de riesgo para convertirse en uno de los elementos más eficientes
en el norte de Francia. Flick está infelizmente casada con Michel Clairet, que
le es infiel con una joven francesa.
De vuelta en Inglaterra, Flick
logra vencer la inicial reticencia de sus superiores, que dudan de ella tras su
fracaso, y organiza un nuevo asalto al château.
Flick goza de una última oportunidad de lograr con éxito su objetivo, pero el
desafío parece casi imposible. Flick sabe que la habilidad de los alemanes para
repeler el ataque aliado depende de las comunicaciones, y en los días previos a
la invasión ningún otro objetivo es de mayor valor estratégico que el sistema
de comunicaciones. Por tanto, es esencial asaltar el château en manos de la Gestapo. El nuevo plan requiere la
participación de un equipo exclusivamente femenino, ninguna de ellas soldados
profesionales, que han de ser adiestradas en muy poco días. En el grupo se
hallan Ruby Romain, una ruda convicta; Geraldine Knight, una veterana
aficionada a los bares y experta en explosivos; Diana Colefield, una noble
lesbiana; y Greta, un travesti de noche e ingeniera de comunicaciones de día.
Capaz de asesinar a sangre
fría, Flick es una mujer de sangre caliente. Desencantada e infeliz en su
matrimonio, decide embarcarse en una relación incierta con Paul Chancellor, un
oficial de inteligencia norteamericano que se encuentra a cargo de la misión. Flick,
Michel y Paul forman una especie de triángulo a lo Casablanca.
Con el nombre clave de “las
abubillas”, el grupo dirigido por Flick intentará infiltrarse en la central
telefónica haciéndose pasar por limpiadoras. Pero Dieter Franck, un inteligente
mayor de la Gestapo, las está esperando. Franck es un especialista en contraespionaje
del Tercer Reich y aficionado a la morfina. Es un maestro de la psicología y la
tortura física, encargado de acabar con la Resistencia en el norte de Francia,
cuyos pasos sigue de manera infatigable. Ha convertido en su objetivo personal capturar a Flick y someterla a uno de sus
brutales interrogatorios.
Gracias a la
interceptación de la radio de un soldado británico que es enviado a Francia, Frank
logra averiguar los planes de Flick. Hay secretos que Flick desconoce:
en las filas alemanas, en su propio equipo, entre aquellos en los que más
confía, e incluso dentro de sí misma. Junto a Franck trabaja el Sturmbannführer Willi Weber, el brutal
guardián del château. Entre los dos,
y gracias a la extraordinaria defensa del centro de comunicaciones, tratarán de
impedir el éxito del ataque de Flick… mas sin éxito.
Novela con una argumento muy elaborado en la que
todos los cabos están atados y bien atados, a pesar de que los hilos
argumentales interrelaciones a un buen número de personajes. De nuevo,
encontramos una buena historia personal con un potente trasfondo histórico;
algo en lo que Ken Follet es un maestro consagrado. Y todo ello a pesar de los
vanos intentos que ha habido y habrá de denostarlo, tan sólo por escribir un best-seller detrás de otro… Si es que la
envidia es muy mala. No puede negarse que hoy en día hay pocos escritores en el
mundo que vendan tanto como él, gracias a una literatura sencilla, como es la
suya, pero de enorme mérito.
La trama de la novela es ágil y sugerente. Hay
tensión y los personajes son de carne y hueso, en especial los femeninos, otra
de las marcas características de Ken Follet.
Alto riesgo es, a mi juicio, una de las mejores novelas de Ken Follet. La leí poco tiempo después de su publicación y aunque he leído gran parte de la obra del afamado escritor galés, me he decidió por volver a leerla y comentarla –incluyendo esta crítica en el apartado Segundas lecturas de este blog–, por considerarla, en muchos aspectos, superior al resto de su producción, e incluso al célebre Los pilares de la tierra. De todas las novelas escritas por Ken Follet ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, creo que Alto riesgo es la mejor, por encima de La clave está en Rebecca o La isla de las tormentas, que también son buenas novelas y comparten características con la que nos ocupa.
En definitiva, un buen thriller con un brillante
ritmo narrativo, en el que hay aventura, historia de amor, violencia explícita,
tortura y escenas de sexo, que por cierto tan bien se le dan a Ken Follet,
quien no puede resistirse a incluir una bien subida de tono en todas sus
novelas. Su argumento une de forma espléndida drama, historia y emociones
tangibles. Ken Follet sabe cómo contar una historia fantástica y cautivar al
lector, de eso no hay duda.
A.G.
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