Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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jueves, 4 de diciembre de 2008

Lecturas recientes: El extranjero


El extranjero (1942)
Albert Camus

El señor Meursault es un hombre sencillo e indiferente a la realidad que le rodea, cuya felicidad y existencia misma se basan en el disfrute despreocupado de la rutina diaria. El progreso tecnológico le ha privado de la participación en las decisiones colectivas y convertido en un “extranjero” dentro de su propio entorno. Sin embargo, la primera frase del libro altera de algún modo esa tranquilidad: Hoy, mamá ha muerto. Con todo, este hecho repentino, lejos de perturbarle demasiado, apenas le parece algo molesto, precisamente porque altera esa rutina de la que tanto disfruta. Meursault da la impresión de ser un hombre insensible, carente de sentimientos.

Poco después, comienza una relación con una chica y traba amistad con uno de sus vecinos. Es precisamente esta circunstancia lo que le llevará a cometer un absurdo crimen que alterará definitivamente su vida rutinaria. A pesar de sentirse inocente, el señor Mersault jamás hará manifestación alguna contra su ajusticiamiento, ni exposición pública de arrepentimiento, injusticia o lástima. En realidad, se encuentra tan aburrido de la existencia misma, de la propia muerte, que su comportamiento no refleja sino un profundo escepticismo.

Mientras espera en la cárcel al juicio y su resolución, Meursault reflexiona sobre sus actos y aunque es consciente de los problemas que le traerá el asesinato que ha cometido, no se siente en absoluto moralmente culpable ni le importa lo más mínimo haber matado a un hombre. Lo único que parece preocuparle es hasta qué punto esta circunstancia ha cambiado su vida. En realidad, no se muestra demasiado a disgusto, pues en la cárcel ha encontrado una nueva rutina que parece dar sentido a su vida.

El extranjero no es sino la denuncia de una sociedad angustiada, cuya moral, carente de sentido, regula la vida de todos sus miembros; Aliena al individuo, le despoja de su sentimiento inherente de pertenencia activa en la comunidad, hasta el punto de sumirlo en una cruel angustia vital. En el trasfondo subyace una Europa herida por dos guerras mundiales; un mundo donde deambulan personajes como Meursault: apático, degradado, absurdo… carente de valores, que vive ajeno a su propio destino y para quien han perdido todo significado el matrimonio, la amistad y por supuesto la religión, en cuya búsqueda Camus, convencido ateo, no confía en absoluto como lugar donde encontrar la felicidad. Al final, la muerte parece ser la única opción posible para consumar con éxito la búsqueda de la propia existencia.

Es éste un texto duro, pesimista y desmoralizador, aunque cautivador, sin duda. Considerada como una de las mejores novelas francesas de todos los tiempos, El extranjero no deja indiferente a nadie. Todo lo contrario, pues hace reflexionar al lector sobre la vida misma; sobre el papel del individuo en una sociedad como la actual que, en cierto sentido, no es tan diferente a la que con indudable maestría y mediante un estilo sencillo, pero demoledor, retrata Albert Camus.

A.G.

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