Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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miércoles, 14 de abril de 2010

Lecturas recientes: La caída del Museo Británico


La caída del Museo Británico (1965)

David Lodge

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Adam Appleby y Barbara son padres veinteañeros de tres hijos. Como católicos practicantes, rechazan los métodos anticonceptivos no aprobados por la Iglesia y optan por combinar la abstinencia y el método de la temperatura basal. El retraso del período menstrual de Barbara parece anunciar un cuarto hijo que desestabilizaría la economía familiar.

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Adam prepara una tesis sobre las frases largas en la novela victoriana (sic) y acude cada día a la biblioteca del Museo Británico, donde se sienta en el sillón Karl Marx. Malvive de la exigua beca que le proporciona la universidad y no parece encontrar la luz al final del túnel. Además, está empeñado en redescubrir la obra de un escritor católico menor ya fallecido, Merrymash, lo cual le lleva a visitar su casa, donde conoce a una joven que le ofrece una novela inédita y picante del autor, a cambio de que la despoje de su virginidad.

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La novela es una procesión de personajes pintorescos e imposibles situaciones cómicas, incluida una falsa alarma de incendio en el Museo Británico. Su protagonista se ve envuelto en un cúmulo de situaciones esperpénticas que no hacen sino complicar su difícil situación personal. Por suerte, todo parece terminar bien para Adam, que es contratado por un rico norteamericano interesado en la adquisición de manuscritos ingleses.

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En definitiva, una novela entretenida, con una trama convincente a pesar de las obvias exageraciones. Con todo, creo que La caída del Museo Británico no se encuentra entre las mejores de David Lodge (algunas de las cuales ya he comentado en este blog), uno de los grandes maestros del humor inglés actual, junto a Tom Sharpe.

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A.G.

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