Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
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jueves, 1 de abril de 2010

Lecturas recientes: La muerte en Venecia


La muerte en Venecia (1912)
Thomas Mann

Gustav Aschenbach, un maduro escritor alemán y ciudadano admirable, inicia un viaje a Venecia en busca de los antiguos valores clásicos. Emprende, así, un viaje de aprendizaje (algo que no es nuevo en la literatura), tratando de escapar de la sociedad en que vive y de su propia vida… de la rutina. En Venecia reinan el lucro y la corrupción en el ámbito de una ciudad sucia y enferma. La ciudad aparece retratada con un trazo expresionista, perfilando los rasgos de un entorno grotesco y decadente.

Sin embargo el viaje y el aprendizaje, como fin último, resultan en un fracaso, pues no se logran resolver los problemas de una sociedad envilecida y decrépita, la de la burguesía de comienzos del siglo XX. En este sentido, La muerte en Venecia se encuadra en esa dolorosa conciencia de la “decadencia de Occidente” que embargó a los intelectuales conservadores durante estos años de preguerra.

El protagonista persigue los ideales de la belleza clásica: de las culturas clásicas y renacentistas. Así, la misma noche de su llegada a la ciudad ocurre algo que destruye el orden racional y ético que sustenta su vida. Aschenbach se enamora de Tadzio, un adolescente polaco de 14 años, bello y joven, que encarna el ideal de belleza: la ordenación de la belleza en la fisiología masculina, la inocencia y virtud de la juventud, el punto máximo de divinidad. La belleza del muchacho es un estímulo que pone en movimiento el deseo que la imaginación de Aschenbach encandila hasta abrasarse en ella. Nada más lejos de un simple deseo homosexual, pues se trata, más bien, de la fascinación del hombre maduro por la belleza. Tadzio es comparado con Eros, el dios del amor, y con Narciso, el enamorado de sí mismo. Su belleza es inocente pero lejana, tentadora pero imposible. Tadzio es un ángel cuya figura media entre una tierra corrompida, simbolizada por una Venecia enferma de cólera y un ideal de perfección. Es el ángel que habita en el hombre y que nunca consigue derrotar totalmente al demonio con el que comparte la condición humana.

Con todo, el protagonista fracasa en su intento de aprehender la belleza clásica. Su amor por el joven Tadzio le hace permanecer en la ciudad, que es víctima de una peste atroz que causa la muerte de Aschenbach. La peste representa las fuerzas irracionales del sexo, lo cual constituye una idea romántica disfrazada de clásica. También encarna el mundo primitivo y la descomposición política y social, el desenfreno de la Europa de «la belle époque». Las autoridades de la ciudad ocultan la existencia de la peste, temerosas del éxodo de los turistas. Sin embargo, los rumores se difunden y los extranjeros comienzan a marcharse. Aschenbach se niega a partir para no privarse de la cercanía de Tadzio, cuya familia parece ignorar por completo lo que está sucediendo..

No ha de sorprender, por tanto, el desenlace de la novela. Éste resulta resulta lógico, pues los valores antiguos están ya obsoletos. El único final posible de la búsqueda que emprende el protagonista es la muerte; una muerte que se revela como una derrota en toda regla. Es la muerte del artista. En este sentido, La muerte en Venecia satiriza abiertamente esta búsqueda infructuosa de los ideales clásicos, así como la sociedad decadente de su época, carente de valores. Parece que la única solución que le queda al hombre es el futuro; la lucha por conseguir una sociedad basada en principios y valores nuevos. La novela mezcla, pues, dos conceptos históricos del amor: la griega y la concepción psicoanalítica que combina el amor y la muerte, eterno de Eros y Tánatos.

Thomas Mann alcanza una inusual perfección artística con esta maravillosa novela, sirviéndose de una sorprendente economía de medios que le hace lograr la excelencia formal. Su estilo es inmensamente poético, pleno de una profunda sensibilidad. Los personajes están muy bien construidos y por algunos momentos parece que La muerte en Venecia sea una espléndida obra de arte, redonda y comedida. Hay una nota autobiográfica en la novela, pues el propio Thomas Mann realizó un viaje a la ciudad italiana a mediados de 1911. Thomas Mann, gran opositor al régimen nazi, recibió el Premio Nobel de Literatura en 1929..

La novela fue adaptada al cine en 1971 por el cineasta italiano Luchino Visconti. El film destaca por su excelente fotografía. Capta perfectamente el ambiente de tedio putrefacto de la ciudad. La película catapultó a la fama al actor Dirk Bogarde y popularizó el Adagietto de la 5ª Sinfonía de Gustav Mahler. La novela también inspiró una ópera de Benjamin Britten.

A.G.

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