Presentación

La pintura de la voz (palabras con que el filósofo y escritor francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, calificó el arte de la escritura) nace con la pretensión de ser un lugar de intercambio de opiniones sobre literatura.
Cuando el tiempo me lo permita, iré publicando noticias interesantes del mundo literario, comentarios de libros que he leído recientemente, de mis obras favoritas, etc
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miércoles, 16 de junio de 2010

Lecturas recientes: Retrato artista adolescente

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Retrato del artista adolescente (1916)

James Joyce

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Novela semiautobiográfica que cuenta la historia y peripecias de Stephen Dedalus, el indudable alter ego de James Joyce. No en vano, el apellido del personaje hace clara referencia a Dédalo, el arquitecto y artesano de la mitología griega. El autor irlandés retomaría más tarde este mismo personaje en su obra cumbre, Ulises (1922), donde elabora una alegoría de Telémaco, el personaje homérico, hijo de Ulises.
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Ahora bien, la obra no es fácil de leer. Tampoco son sencillas sus otras dos novelas, el citado Ulises y Finnegan’s Wake, y Dublineses, una colección de magníficos relatos cortos De hecho, en El retrato del artista adolescente, Joyce recurre a una prosa intrincada para contar algo aparentemente sencillo. El narrador es el propio Stephen, quien, mediante la utilización del denominado “stream of consciousness” o “monólogo interior”, retrata sus luchas -la de un joven sensible- en contra de las convenciones de la sociedad burguesa. Stephen vive una dura adolescencia en la Irlanda de comienzos de siglo, un país de incipientes movimientos políticos, dominado por un rígido y fervoroso catolicismo, y donde son costumbre más que aceptada el uso de un estricto protocolo, la salvaguarda de las apariencias y la obligada convivencia familiar. Pero Stephen Dedalus se rebela contra todo esto: rompe con el catolicismo, pero sobre todo con la Iglesia, y marca sus diferencias. Madura durante un proceso que el propio protagonista recuerda con una sonrisa, tras el paso de los años. Sin embargo, el relato adquiere por momentos un aspecto onírico. La narración oscila de la primera a la tercera persona, y son frecuentes los desvaríos, las reflexiones sobre asuntos diversos, y los giros argumentales; una técnica que Joyce habría de perfeccionar en Ulises, una obra en la que la experimentación con las palabras marca la pauta de todo el relato. También son frecuentes las conversaciones surrealista, que contrastan con situaciones puramente cotidianas, lo que no hacer sino contribuir a enmarañar la narración y desquiciar al lector.
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Stephen vive una infancia feliz. Pero le llega el tiempo de ir a la escuela y asiste a Clongowens Word, un colegio jesuita para jóvenes de familias adineradas. Allí ha de seguir la pléyade estrictas reglas que debe seguir todo buen cristiano. Sus pecados han de privar a sus sentidos y a su cuerpo de los placeres terrenales. Esta circunstancia le hace infeliz, pues piensa que nunca será capaz de expiar sus culpas por los, a su juicio, innumerables pecados que comete. Sin embargo, Stephen coge el camino más corto y renuncia a una vida pasada llena de religiosidad y rompe, como hemos visto, con la Iglesia. Años más adelante, Stephen va a la universidad. Se trata ahora de una persona mucho más instruida que comienza a percibir y definir sus dotes literarias, debido en parte al rechazo que sufre de la chica de la que se enamora. Es entonces cuando opta por reconducir sus dotes literarias en la escritura de un diario.
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Si hay algo indudable acerca de Retrato del artista adolescente y su autor, es que Joyce describe todo a su manera, bajo una gama de sensaciones infinitas que se combinan y multiplican hasta el punto de formar una infinidad de posibilidades de narrar que recuerda de alguna manera a William Faulkner, quien apenas contaba con diecinueve años cuando fue publicado Retrado del artista adolescente, y habría de triunfar como novelista hasta los años treinta.
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En fin, una novela difícil que a veces hace perder la paciencia al lector. Imprescindible, no obstante, para comprender la literatura inglesa de comienzos del siglo XX.
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A.G.

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