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William Faulkner
Graham Greene
Concebida como uno de sus “entretenimientos”, como una sátira política, la novela cuenta la historia de Jim Wormold, un vendedor de aspiradoras. El negocio flojea, pero desea costearle unos buenos estudios a Milli, su hija adolescente. Así pues, acepta una oferta de £300 al mes y se convierte en el Agente 59200/5, un hombre del MI6 en
Sin embargo, su historia se convierte en una verdad más que molesta, y Wormold se ve atrapado por su propio engaño y por los tejemanejes de una ciudad y una agitada sociedad irremediablemente corruptas, abocadas a la tragedia; por los tórridos acontecimientos ocurridos en
A pesar de tratarse de un relato cargado de humor e ironía, Nuestro hombre en
Graham Greene viajó mucho y basó gran parte de sus novelas, incluida Nuestro hombre en
Fidel Castro condonó Nuestro hombre en
A.G.
William Faulkner
Aclamada como una obra maestra de la literatura americana moderna, El oso apareció por primera vez como un capítulo de Desciende Moisés, una novela que contiene algunos de los mejores escritos de Faulkner y explora la pérdida gradual de lo “salvaje” en las colonias de frontera y la tensión racial que surge de la explotación de los afroamericanos.
La narración de El oso abarca cinco generaciones de descendientes blancos y negros de Lucius Quintos Carothers McCaslin, un emigrante escocés que compró la plantación familiar en el ficticio condado de Yoknapatawpha a un jefe nativo. Cada uno de los capítulos trata de las consecuencias de las acciones de McCaslin, en tanto en cuanto afectan a sus descendientes: su abuso de la tierra, o participación en la esclavitud, etc. Aunque los capítulos no aparecen en orden cronológico, comparten un narrador común, aunque no los mismos protagonistas. Cada historia encuentra su propia coherencia alrededor de los temas centrales de Desciende Moisés. El oso, por su parte, representa el clímax emotivo del libro. En él, el nieto de McCaslin, Isaac (Ike) McCaslin, se enfrenta tanto a su lugar en el mundo natural, como las responsabilidades sociales impuestas por la herencia sureña.
Ambientada en el siglo XIX, después de la Guerra Civil, El oso narra principalmente la aventura de una expedición de caza que ocurre todos los años a finales de otoño en las tierras salvajes de la región del río Tallahatchie, propiedad del mayor De Spain. Contado desde la perspectiva de Ike en un lenguaje simple y directo, la narración está dividida en cinco secciones. Las primeras tres abarcan el relato de la persecución del legendario Old Ben, un enorme oso con una pata mutilada. A medida que avanza la narración, el adolescente Ike aprende a cazar bajo la guía del experto Sam Fathers, que es el hijo de un indio Chickasaw y una esclava africana. En la tercera sección ocurre una lucha a muerte entre el perro de los exploradores, Lion, y el viejo oso. Aunque el lector bien puede dar por sentado que será el niño quien acabe con al oso, es otro miembro de la partida, Boon Hogganbeck, quien mata a Old Ben con su cuchillo. A la vez, Sam recibe una embestida del oso y muere; fatalmente herido, el perro muere también. La cuarta sección es un largo diálogo entre Ike y su primo Carothers Edmonds en el que Ike repudia su herencia de la plantación de los McCaslin al descubrir el incesto en la historia de su familia. La última sección retoma la narración de la caza. Cuando Ike regresa dos años más tarde al lugar donde murieron Lion, Old Ben y Sam, experimenta una especie de ensueño emocional sobre la inmortalidad de la vida. Más tarde, encuentra a Boon, que histéricamente ordena a Ike que lo deje solo en el bosque.
La historia es simple, aunque no esté escrita de un modo sencillo en absoluto, a la vez que compleja, y no revela su auténtico significado a la mente consciente hasta una segunda o tercera lectura. A lo largo de sus páginas, El oso presenta una exploración concentrada de temas recurrentes en la prosa de Faulkner: los derechos de propiedad de la tierra, las implicaciones culturales del mestizaje, el incesto, el maltrato de los afroamericanos, y los problemas morales asociados con el orgullo, la humildad y la culpa.
El oso es, sin duda, una ardua experiencia lectora, como lo es en realidad toda la producción literaria de William Faulkner. Es una historia difícil; un desafío para el lector por diferentes motivos, pero en especial por su intensidad implacable y su estilo extremo, a la altura del mejor Faulkner.
A.G.
Lolita (1955)
Vladimir Nabokov
¿Quién no conoce la historia de Lolita, aunque sólo sea a través de las adaptaciones cinematográficas de la novela (Stanley Kubrik y Adrian Lyne en 1962 y 1997, respectivamente)? Todo el relato de Nabokov no parece ser sino una confesión en forma de libro de su protagonista y narrador, Humbert Humbert; una excusa, si se quiere, para que el autor teja una historia tan conmovedora por su crueldad como por el particular enfoque de la misma y la perfección con que se narra. Como algunos críticos han señalado, quizá el mayor acierto de Nabokov fuera crear un personaje de ficción (culpable de pederastia, de eso no hay duda), dominado por un amor enfermizo y una pasión desenfrenada que, a pesar de despertar la repugnancia del lector, suscita cierta simpatía a medida que avanzamos en la narración de su historia.
Humbert escribe en la cárcel un diario en el que vierte su pasión eterna por las nymphetes (término traducido en español como “nínfulas”) pubescentes. Al comienzo de la historia, Humbert es un hombre de mediana edad, profesor de literatura francesa e inglesa, obsesionado con las nínfulas. La primera de ellas es Annabel Leigh, que muere de tifus. Entonces encuentra en un pueblo de Nueva Inglaterra a Dolores Haze (Lolita), una nínfula que le recuerda a la niña que amó cuando no era más que un niño. Humbert cuenta con artística sutileza su pasión por la joven, las excursiones que hace con ella, los primeros roces… Construye una elaborada trama para seducirla, lo cual le lleva a casarse con su madre, Charlotte (la dueña de la casa donde ha alquilado una habitación), una vez ha comprendido que se le ha presentado la primera ocasión de entrar en contacto con una de sus amadas nínfulas. Más tarde, una vez casados, Charlotte descubre los diarios de su marido, sale corriendo de casa y es atropellada. Humbert decide ir a buscar a Lolita al campamento donde está, sin decirle que su madre ha muerto. De esta forma, se convierte en el guardián de su amada.
A partir de ahí, Humbert y Lolita inician un largo periplo por
Después de muchas peripecias y algunas escenas de celos, Humbert se ve separado de Lolita, pues un hombre que les ha seguido de un sitio a otro se la lleva con él. Humbert desespera, cree haberla perdido para siempre. Pero entonces recibe una carta de Lolita donde le cuenta que se ha casado con un joven, está embarazada y necesita dinero. Humbert va a darle el dinero, y conoce al hombre que se la llevó, Clare Quilty (un dentista aficionado a dar orgías y grabar películas pornográficas en su casa), a quien no duda en asesinar, como modo de vengarse de su rival.
A simple vista, Lolita presenta un gran desafío, pues trata de la pederastia, el más tremendo pecado imaginable; absolutamente deplorable y rechazado en la sociedad puritana de los Estados Unidos. Humbert es un obseso pederasta al que le es imposible reprimir un impulso absolutamente inapropiado, por decirlo de un modo suave. Sucumbe a su lado más salvaje en detrimento del amor que afirma sentir por la niña. Sólo al final, cuando ya ha perdido a Lolita, Humbert se plantea que su pasión bien podría ser una mera distorsión de la realidad. Se comporta de un modo infantil, con la única finalidad de lograr su deseo largamente anhelado. Cuando pierde a su amada, trata sin embargo de recuperarla de un modo distinto, más maduro si se quiere.
No obstante, y en un sentido amplio, Humbert es más que eso; es una metáfora del escritor y su arte, del Viejo Mundo. Es un expatriado de la vieja Europa, formal y educada, que descubre América, el Nuevo Mundo, representado precisamente por una adolescente americana y toda la vulgaridad de este mundo que tan bien vemos reflejado en los incontables lugares que visitan padre e hijastra. Nabokov disfruta explorando la interacción entre estas culturas. El propio autor vivió dos etapas muy diferentes en su vida. Nació en Rusia, vivió en Europa y escribió en su lengua materna. Más tarde emigró a Estados Unidos y escribió en inglés; y de qué manera, pues es difícil encontrar una obra que utilice el idioma inglés con mayor magia y acierto que Lolita.
La novela, de hecho, está escrita en un estilo que roza la parodia. Presenta una hábil combinación de pastiches de estilos conocidos, pedantería, análisis de la pasión a la francesa, juegos de palabras al más puro estilo de James Joyce, etc. Es salvaje, fantástica y maravillosamente imaginativa. Parodia todo lo que toca, lo cual justifica seguramente las críticas de quienes han visto en Lolita una sátira de la novela romántica, del Viejo Mundo en contacto con
Lolita fue publicada por primera vez por Olympia Editions, una editorial nada ortodoxa de París, después de haber sido rechazada por un buen puñado de editores americanos.
A.G.